COSAS DE GELY
Hace años tuve un sueño muy extraño, uno de esos que nunca se olvidan y que te dejan para siempre una sensación inquietante al despertar, por eso se me ocurrió pintarlo y hoy he decidido reflejar dicha pintura en este post.
El sueño comenzó con una garrafa de cristal verde y antigua, casi como de otro tiempo. Estaba rota por la base, y terminaba con unas puntas muy afiladas que sobresalían de la fractura, parecían peligrosas, seguro que podrían cortarte al tocarlas. De la rotura caían gotas de sangre roja, que se deslizaban lentamente hacia el suelo, dejando en este grandes manchas de sangre.
La garrafa flotaba suspendida en el aire, justo en el centro de una puerta muy antigua. Era de hierro forjado sujeta a un arco de piedra muy antiguo, en un lugar olvidado. Más allá de ella, solo había vacío. Para llegar hasta allí, había que atravesar un túnel oscuro y sombrío. Al final del túnel, se podía ver un paisaje lejano de montañas sobre un cielo grisáceo y pesado, que daba la impresión de que nunca iba a despejarse.
No se oía sonido alguno, solo el leve goteo de la sangre que se deslizaba por la garrafa y lentamente caía en el suelo, parecía que el tiempo se hubiera detenido en ese instante. Y a pesar de lo inquietante de la escena, no sentí miedo, sino una extraña sensación de que todo formaba parte de algo a lo que debía prestar atención, pero que nunca llegué a comprender del todo.
Al despertar, me quedé pensando en el simbolismo de la garrafa rota y las gotas de sangre. Y como dije al principio, decidí pintar aquel sueño que todavía sigue inquietándome.
