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martes, agosto 15, 2023

LA FRIALDAD EMOCIONAL Y LA VIOLENCIA PSICOLÓGICA

COSAS DE GELY
 
¿QUE ES LA FRIALDAD EMOCIONAL?

La frialdad emocional implica tener dificultades para expresar o manejar emociones, así como acercarse emocionalmente a otras personas. Debemos tener en cuenta que cada persona es diferente, y por lo tanto, es normal que haya algunas que puedan poner distancia a los demás.
 
La frialdad emocional es una forma de violencia psicológica que puede dañar la autoestima y el bienestar de las personas que la sufren. A veces, las personas que actúan con frialdad lo hacen porque tienen dificultades para expresar sus emociones, o porque han sufrido algún tipo de trauma o abuso en el pasado. Otras veces, lo hacen por egoísmo, envidia o resentimiento hacia la otra persona.

Sea cual sea el motivo, no debemos permitir que la frialdad de otros nos afecte negativamente.

Por lo general, un "corazón frío" o una persona fría describe a alguien que no está disponible emocionalmente. Son personas que no te preguntan cómo estás, y no muestran mucho interés con la persona con la que están.

Hoy sabemos que la violencia psicológica puede dejar heridas tan profundas, o incluso mayores, que la violencia física. Sin embargo, detectar el abuso emocional no es tan sencillo, no solo porque no existen marcas visibles en el cuerpo, sino porque nuestros estereotipos pueden impedirnos ver las evidencias más sutiles.

Solemos asociar el maltrato psicológico con los gritos, las humillaciones verbales, las amenazas y las burlas denigrantes. No obstante, existe un tipo de violencia psicológica que puede hacer mucho daño y normalmente pasa desapercibida: la frialdad emocional o indiferencia.

El aislamiento emocional como herramienta de castigo

En la Antigua Grecia se aplicaba un castigo ejemplar a las personas que se consideraban peligrosas o sospechosas para la soberanía popular. El nombre que se le daba a este castigo era ostrakismos, que significa literalmente “destierro por ostracismo”. Cuando la Asamblea votaba, la persona tenía 10 días para abandonar la ciudad y si intentaba regresar antes del plazo establecido, le condenaban a muerte. En algunos casos, la propia exclusión se convertía en una condena a muerte, ya que las personas no sobrevivían sin la protección de la sociedad.

En la actualidad hay personas que siguen aplicando una especie de ostracismo emocional (condenan al otro a un tratamiento frío) que implica ignorar sistemáticamente sus necesidades. Esa persona adopta un comportamiento pasivo-agresivo, ya que recurre al silencio, la indiferencia y al desprecio para castigar o manipular al otro.

Los comportamientos que delatan esa frialdad emocional son: Negarse a mantener una conversación y dirigirle la palabra a la persona que se está “castigando”.

No responder a sus preguntas o hacerlo con monosílabos.

No mostrar afecto, ignorando conscientemente las necesidades emocionales del otro, que quedan insatisfechas en el marco de la relación.

Evitar el contacto físico y visual, haciendo como si la persona no existiera, de manera que se sienta invisible e insignificante.
 
Mostrar un marcado desinterés por todo lo relacionado con la otra persona.
 
Negarse a colaborar en diferentes tareas para generar frustración y malestar en el otro.

No acudir a eventos sociales juntos, con el objetivo de que el otro se avergüence de sí mismo.

¿Qué sucede cuando no se satisface la necesidad de conectar emocionalmente?

Cuando la frialdad emocional proviene de las personas más cercanas, como puede ser la pareja, un padre o un hijo, etc. podemos llegar a sufrir graves daños en nuestro autoconcepto: perdemos el control, se debilita la sensación de pertenencia e, incluso, se afecta nuestro sentido de la vida.
 
El problema es que la frialdad emocional genera frustración debido a la falta de respuesta e implicación del otro. También puede hacer que nos sintamos confundidos y hasta culpables, además de que nos sentiremos cada vez más solos e incomprendidos. La persona que es ignorada sistemáticamente y cuyas necesidades emocionales son menospreciadas se sumirá en el profundo pozo de la depresión. Sentirá que no es digna de ser amada ni respetada, por lo que perderá la confianza en sí misma y será cada vez más vulnerable ante su maltratador o maltratadores.

Ese tipo de relaciones dejan profundas huellas que incluso determinan las relaciones posteriores que establece esa persona, destruyendo su capacidad para confiar en los demás y establecer relaciones plenas. La frialdad emocional y la indiferencia pueden terminar discapacitando emocionalmente a una persona.


Por eso, es importante que tengamos presente que el distanciamiento emocional es una de las formas más crueles de violencia y manipulación psicológica. Ignorar las necesidades del otro no es la mejor manera para resolver los conflictos y acortar las distancias. Toda relación debe estar basada en el diálogo y el respeto mutuo.
 
Si en vuestras vidas hay alguien que os trate de este modo, mi consejo es que dejéis de relacionaros con semejantes monstruos.  
 
Fuente: planlea.edu.