COSAS DE GELY
El tema de las necesidades espirituales y de los sentimientos humanos es insondable. Los seres humanos, tenemos un gran vacío existencial o, mejor dicho, una notable insatisfacción con la existencia. A causa de esto muchos oportunistas (faltos de conciencia) en pos del vil metal lo están comercializando todo. La sociedad ha avanzando mucho, la pillería y el fraude más.
Me parece disparatado y fuera de toda lógica que se haga negocio con lo espiritual y lo religioso. Mezclar el dinero con las cosas del alma y lo espiritual es indecente por lo transcendente y lo que significa estas cosas para la mayoría de personas.
Hoy se ha puesto de moda comerciar con lo más excelso, noble y elevado que tenemos los humanos, nuestra espiritualidad, conciencia, fe y diría que hasta nuestra alma. Buda y Jesús (dos seres iluminados) no creen que estuvieran de acuerdo con estas prácticas.
Dokushô Villalba maestro zen dice lo siguiente al respecto: “El Dharma (enseñanza budista) es libre y gratuita. Nadie debería cobrar por enseñar o transmitir el Dharma. El Dharma que toca el dinero no es Dharma en absoluto. Vender el Dharma… eso es la fuente de todos los males. El Dharma que se ofrece libremente y sin cargo a todos los que lo buscan, eso es pureza, nobleza, un talante honorable”.
Nadie perteneciente a ninguna religión, asociación o filosofía, relacionada con la espiritualidad, la meditación o cualquier tipo de técnica relacionada con lo más sensible y puro de un ser humano, debería dedicase a las enseñanzas espirituales cobrando, ética y moralmente es incompatible. El vil metal todo lo corrompe.
Señores recolectores de dinero: vería con buenos ojos que aquellos que no estén dispuestos a dar dichas enseñanzas gratuitamente, abandonaran, sus conventos y templos, y si quieren seguir ayudando que se busquen un trabajo, al igual que lo tienen los que les pagan. Teniendo un trabajo remunerado, si de verdad lo que quieren es ayudar a los demás, podrían hacerlo gratis.
Recuerden: El budismo tibetano mantiene el objetivo del Mahāyāna, que es lograr la Budeidad para ayudar a todos los seres a alcanzar este estado de la manera más eficiente. Esta motivación se llama bodhicitta, una intención "altruista" dirigida a la Budeidad.
A lo largo de los milenios, el Dharma, la enseñanza del Buda, ha sido considerado por sus discípulos como algo que no tiene precio. Fue enseñado de forma gratuita por monjes, monjas y a veces personas laicas. El Buda no estableció como requisito para los monásticos que enseñaran, pero hasta el día de hoy, si deciden hacerlo, la enseñanza debe ser ofrecida como un regalo; ni monjes ni monjas pueden pedir nada a cambio.
Cuando los monjes se ordenaban, tenían derecho a una ropa abandonada por otros, al pie de un árbol donde sentarse, a sobras de comida y a medicinas básicas. El Buda no prohibió a sus monásticos aceptar donaciones materiales si estas donaciones se daban de forma libre y no consistían en dinero, oro o plata. Pero monjes y monjas no podían pedir ni usar dinero.
De hecho, hasta el día de hoy, los monásticos en las ramas más ortodoxas del budismo, especialmente en el theravada, no pueden pedir nada en absoluto (a menos que alguien haya dicho anteriormente: “si necesitas tal o cual cosa, házmelo saber”), ni siquiera pueden dar pistas de que quieren nada más que agua, a menos que estén enfermos.
Ortodoxo significa correcto o recto. Ortodoxo es aquel que cumple normas tradicionales y generalizadas o que sigue fielmente o está conforme con los principios de una doctrina, una tendencia o una ideología.
El budismo autentico a lo largo de milenios, tuvo que lidiar en Asia con la brecha entre la pureza de las enseñanzas del Buda y las actividades de las sociedades que las adoptaron. En Occidente vemos hoy una extraña mezcla que está generando un batiburrillo de cosas, desde clases de meditación en consejos de administración, hasta la inclusión de más mujeres en el liderazgo de la enseñanza.
Particularmente pienso que, al igual que hizo Constantino con el cristianismo primitivo, "alguien" está permitiendo que el budismo pierda su esencia. No olvidemos que esencia es el conjunto de características permanentes e invariables que determinan a un ser o una cosa y sin las cuales no sería lo que es.
Por favor no caigamos en los mismos defectos que en su día cayo el cristianismo, hoy Iglesia Católica, que cobra hasta por impartir algunos sacramentos. Las tasas medias de las diócesis (sin control alguno por parte de las autoridades públicas) son las siguientes:
1. Los bautismos entre 40 y 60 euros.
2. Los matrimonios, entre 180 y 270 euros.
3. Por misa en fiestas especiales unos 70 euros.
4. Por las exequias, 90 euros.
5. Por los funerales de aniversario, 30 euros.
Entre otras cosas, la Iglesia Católica no paga el IBI. Pero si cobra por entrar a decenas de templos y catedrales, cosa, que no ha dejado de hacer a lo largo de los últimos veinte años. Al menos 40 catedrales cobran por entrar en ellas, las de Toledo, Salamanca, León, Burgos, Ávila, Sevilla y Córdoba.
El hábito no hace al monje, y a mí que soy una ficción tampoco. Gely, dado que el tema de este post era religioso y ella es seguidora del budismo en su más antigua expresión; ha decidido ponerme este habito. Pide disculpas si con ello ha podido molestar a alguien.
Gely Sastre
