COSAS DE GELY
Quiero compartir con vosotros mi opinión sobre el peligro de volver al pasado en España. Me preocupa que la gente haya olvidado lo que esto representa políticamente. Volver al pasado es votar a Vox y al PP, partidos que nunca se desvincularon totalmente de la dictadura, y que quieren imponer su visión autoritaria y conservadora de la sociedad. Volver al pasado en este sentido, supone un retroceso histórico en libertades, en economía y perder todos aquellos valores que tanto nos han costado conseguir como democracia, libertad, educación y cultura.
Me pregunto qué tiene en la cabeza aquellas personas que dan su voto al PP y a Vox, creo que se darán cuenta de lo que han hecho demasiado tarde, cuando la vuelta al pasado y a la pérdida de derechos ya no tenga remedio. El gobierno en manos de estos dos partidos será nuestra ruina democrática. No podemos permitir que nos arrebaten lo que hemos logrado con tanto esfuerzo y sacrificio. Tenemos que defender nuestro futuro y el de las generaciones venideras. Por eso, os animo a que reflexionéis sobre las consecuencias de vuestro voto, y que no os dejéis engañar por las falsas promesas y las mentiras de quienes solo buscan su propio beneficio. España necesita un cambio, pero no un cambio hacia atrás, sino hacia adelante. Un cambio que garantice la convivencia, el progreso y la justicia social.
Vamos a analizar las posibles consecuencias de un triunfo del Partido Popular y de Alberto Núñez Feijoo en las próximas elecciones generales para la educación y la sanidad española. Ambos sectores son fundamentales para el desarrollo social y económico del país, y han sufrido recortes y privatizaciones durante los gobiernos del PP en el pasado. ¿Qué podemos esperar si se repite este escenario?
La educación es uno de los pilares de una sociedad democrática, que garantiza la igualdad de oportunidades, la formación de ciudadanos críticos y responsables, y la innovación y el progreso. Sin embargo, el PP ha demostrado en varias ocasiones su desinterés por la educación pública, laica y de calidad, y su preferencia por favorecer a la educación privada y concertada, especialmente la vinculada a la Iglesia Católica. Así lo reflejan las leyes educativas que impulsó el PP durante sus mandatos, como la LOMCE o la Ley Wert, que introdujeron cambios polémicos como el aumento de las horas de religión, la segregación por sexos, la reducción de las becas, el incremento de las tasas universitarias, o la eliminación de asignaturas como Educación para la Ciudadanía o Filosofía.
Si el PP vuelve al poder, es probable que intente recuperar estas medidas, o incluso profundizar en ellas. Además, podría recortar aún más el presupuesto destinado a la educación pública, lo que supondría una pérdida de recursos materiales y humanos, un aumento de las ratios de alumnos por aula, una disminución de la calidad y la diversidad de la oferta educativa, y una mayor brecha entre los centros públicos y los privados. Todo ello tendría un impacto negativo en el rendimiento académico de los estudiantes, en su motivación y en su futuro laboral.
La sanidad es otro de los derechos básicos de los ciudadanos, que garantiza su bienestar físico y mental, y su acceso a una atención médica digna y universal. Sin embargo, el PP también ha mostrado en varias ocasiones su desprecio por la sanidad pública, gratuita y de calidad, y su intención de favorecer a la sanidad privada y a las empresas que se lucran con ella. Así lo demuestran las políticas sanitarias que aplicó el PP durante sus gobiernos, como el copago farmacéutico, el recorte del presupuesto sanitario, el cierre de centros de salud y hospitales públicos, el despido de miles de profesionales sanitarios, o la exclusión sanitaria de determinados colectivos, como los inmigrantes irregulares.
Si el PP regresa al poder, es posible que vuelva a poner en marcha estas políticas, o incluso que las agrave. Además, podría impulsar un proceso de privatización de la sanidad pública, que supondría una pérdida de control público sobre los servicios sanitarios, una merma de la calidad y la seguridad de los mismos, una mayor desigualdad entre los ciudadanos según su renta o su lugar de residencia, y una mayor precariedad y explotación de los trabajadores sanitarios. Todo ello tendría un efecto perjudicial en la salud de los ciudadanos, en su calidad de vida y en su esperanza de vida.
En conclusión, un triunfo del PP y de Feijoo y su convivencia con VOX en las próximas elecciones generales podría suponer un grave retroceso para la educación y la sanidad española, dos sectores esenciales para el desarrollo humano y social del país. Por eso, es importante que los ciudadanos se informen bien sobre las propuestas electorales de cada partido, y que ejerzan su derecho al voto con responsabilidad y conciencia.
