COSAS DE GELY
¿De
qué está construido este universo? ¿Es eterno o tiene fin? ¿El universo
es infinito o tiene límites? ¿Cómo está construida esta sociedad
humana? ¿Cuál es la forma ideal de la sociedad humana? Si alguien
pospone la búsqueda y la práctica de la Iluminación hasta que estos
problemas se resuelvan, morirá antes de alcanzar la Iluminación.
No importa cuál sea la esencia del universo mientras no se practique lo que se debe practicar. No importa cuál sea la forma ideal de la sociedad humana, antes tenemos que apagar el fuego de las pasiones que están amenazando el mundo.
El
hombre busca el camino para liberarse del nacimiento, la vejez, la
enfermedad, la muerte, la tristeza, el sufrimiento y la pena. Esto es la
pulpa. Sin embargo después de haber avanzado un poco se enorgullece y
se siente satisfecho. El hombre que se alaba a sí mismo y critica a los
demás, es como aquel que cogiendo las hojas y las ramas piensa que
consiguió la pulpa.
Cuando hablamos de fe, normalmente, nos referimos a una forma de creencia o confianza en una persona, cosa, deidad, doctrina o explicación, que se sostiene sin necesidad alguna de contar con pruebas a su favor. Es decir, tenemos fe en aquello que elegimos creer por encima de la posibilidad (o imposibilidad) de comprobar su existencia.
La fe es el mejor compañero de la vida, es el alimento para el largo viaje de la vida. Es el máximo de los bienes.
La fe es la mano pura que recibe las Enseñanzas de Buda y todas las virtudes.
La fe es fuego. Quema toda suciedad de las almas y conduce a los hombres por el mismo camino. La fe hace arder en deseos de Iluminación a las almas que buscan el Camino de Buda.
La fe enriquece el alma. Enseña la caridad sin apego, el respeto y la humildad alejando el orgullo. Así brilla la sabiduría, se aclara la conducta, el hombre vence las dificultades, se libra del mundo, y recibe el poder para vencer todas las tentaciones.
La fe anima al hombre cuando el camino se hace aburrido y largo, y conduce a la Iluminación.
La fe nos da la Sabiduría de comprender que este mundo no es más que un juego momentáneo donde no existe una verdad inmutable. Nos hace adquirir la Sabiduría que no se asombra ni se entristece por la mutabilidad.