COSAS DE GELY
El rechazo es una de las heridas emocionales más profundas, que se origina cuando una persona se siente no querida o despreciada por personas a las que quiere. Esta herida afecta a la autoestima, a la personalidad y al comportamiento de la persona que la padece.
El rechazo puede generar sentimientos de tristeza, soledad, ansiedad o depresión en la persona rechazada, así como dificultades para relacionarse con los demás.
El rechazo familiar y social es una forma de discriminación que sufren algunas personas por parte de sus familiares o de la sociedad en general. El rechazo puede deberse a diversos motivos, como la orientación sexual, la identidad de género, la raza, la religión, la discapacidad, la clase social, la ideología política, la apariencia física, la personalidad, las preferencias o las habilidades de la persona rechazada.
El rechazo familiar y social tiene consecuencias negativas para la salud mental y física de las personas que lo padecen, como baja autoestima, depresión, ansiedad, aislamiento, violencia o suicidio.
El rechazo puede generar sentimientos de frustración, decepción, dolor o rabia. La persona con esta herida tiene ganas de desaparecer. No quiere ocupar su espacio en la vida por miedo a ser rechazada. La máscara tras la cual se esconde esta herida se llama “retraimiento”, “retirada”.
Por eso, es importante promover el respeto, la tolerancia y la inclusión de todas las personas, independientemente de sus diferencias.