COSAS DE GELY
COMO LE LLEGÓ LA ILUMINACIÓN A SIDDHARTHA GAUTAMA
La vida es sufrimiento.
La causa del sufrimiento es el deseo.
El fin del sufrimiento, llega con el fin del deseo.
Hay un camino que nos aleja del deseo y el sufrimiento.
Comprendió que el sufrimiento que sentía por la idea de perder todo lo que quería, tenía su origen en el deseo de que esas cosas permanecieran para siempre tal como eran. Se dio cuenta de que ese deseo de permanencia en un mundo no permanente, sólo podía conducir al sufrimiento, porque la naturaleza de la vida es transitoria. Todos los aspectos de la existencia estaban en un estado continuo de cambio, crecimiento y disolución; nada podía ser conservado y considerado como perdurable, ni siquiera lo que uno mismo creía ser.
El académico John M. Koller comenta:
La enseñanza del Buda [de las Cuatro Nobles Verdades] se basa en su conocimiento del surgimiento interdependiente (pratitya samutpada) como naturaleza de la existencia. Surgimiento interdependiente que significa que todo está en cambio constante, que nada es permanente. También significa que la existencia no está aislada, que nada existe por sí mismo por separado. Además de esa transitoriedad y falta de aislamiento de la existencia, significa que todo lo que surge, o cesa, lo hace dependiendo de ciertas condiciones. Por eso la comprensión de las condiciones que dan origen [al sufrimiento] es crucial en el proceso de eliminarlo.
En ese momento, se convirtió en el Buda (“el iluminado”) y reconoció, en las Cuatro Nobles Verdades, la forma de vivir sin sufrimiento. Lo denominó “camino del medio” entre el ascetismo extremo y la esclavitud de los sentidos, también conocido como el Camino Óctuple:
Visión correcta
Intención correcta
Discurso correcto
Acción correcta
Forma de vida correcta
Esfuerzo correcto
Atención consciente correcta
Concentración correcta
Siguiendo ese camino, todavía se puede apreciar todo lo que uno tiene, sin insistir en la permanencia; se puede apreciar sin apego. El primer sermón del Buda remarcó esa visión y atrajo a adeptos, que pasaron a ser los primeros budistas.
El Buda enseñó sus ideas hasta su muerte, a la edad de 80 años. Indicó a sus discípulos que no debían escoger un líder, que cualquiera podía buscar la iluminación de forma individual, igual que él lo había hecho, y pidió que sus restos se depositaran en una estupa en un cruce de caminos, de forma que al verlo los viajeros recordaran que hay una forma de vivir sin el sufrimiento constante del renacer y morir en incontables reencarnaciones. Sus discípulos, por el contrario, se dividieron entre ellos sus restos y levantaron estupas en varios lugares, considerados los más apropiados de la región. Institucionalizaron las enseñanzas del Buda, escogieron un líder y redactaron por escrito las normas y regulaciones de esta filosofía.