COSAS DE GELY
Ayer tuve la oportunidad de visitar la playa después de mucho tiempo, gracias a la invitación de algunas personas muy especiales para mí. Quiero compartir con ustedes mi experiencia, que fue a la vez gratificante y desalentadora, y las reflexiones que me surgieron al respecto. Lo que más disfruté fue poder ver nuevamente el mar y sentir la brisa fresca y suave que acariciaba mi piel. Fue un momento de paz y conexión con la naturaleza que me llenó de alegría.
Sin embargo, para llegar a ese momento, tuve que pasar por un largo y tedioso viaje en coche de unos sesenta kilómetros, en medio de un tráfico infernal, debido a que coincidía con el inicio de las vacaciones de muchos españoles. Esto me hizo pensar en el impacto ambiental que tiene el turismo masivo, que a pesar de ser una fuente de ingresos para muchas personas y países, también es una amenaza para el equilibrio ecológico del planeta. Fue entonces cuando me pregunté si vale la pena seguir viajando de esta manera, contaminando el aire, el agua y el suelo, solo por disfrutar de unas horas días o semanas de sol y mar. Me pareció una contradicción que buscáramos el contacto con la naturaleza al mismo tiempo que la dañábamos con nuestros medios de transporte.
Creo que este es un tema muy importante y preocupante, que nos afecta a todos y que requiere de nuestra conciencia y responsabilidad. No estoy en contra del turismo, pero pienso que hasta que no haya formas más sostenibles y respetuosas de viajar, que no comprometan el futuro de nuestro planeta ni el de las generaciones venideras deberíamos tomar medidas al respecto, no se que tipo de medidas, no soy una experta en el tema, pero pienso que los políticos en vez de estar enzarzados siempre en disputas inútiles, deberían preocuparse mas de este grave problema.
Me resulta sumamente desagradable observar como en esta cuestión, prima más la economía que la salud del planeta. Ello me ha llevado a cuestionarme si a pesar de lo bonito que es el mar y de la brisa tan agradable que este nos proporciona, merece la pena que le hagamos tanto daño al planeta, con nuestros terroríficos y contaminantes desplazamientos.
Lamento decir esto, pero mucho me temo que el cambio climático ya no tenga solución. Estos se puede apreciar fehacientemente en la degradación del entorno auspiciada por la polución, el agotamiento de los recursos, la destrucción o deterioro de la fauna y la flora local, la congestión en el tráfico y la contaminación arquitectónica, entre muchas otras cosas. Es terrible.
Impactos negativos del turismo. Sigue leyendo