COSAS DE GELY
“Nada es para siempre” A esta frase podríamos darle varios significados e implicaciones, dependiendo del contexto y de la perspectiva de quien la dice o la escucha. En general, y según mi criterio, se refiere a la idea de que todo en la vida es temporal y cambiante, y que nada permanece igual para siempre. Esto puede aplicarse tanto a las cosas buenas como a las malas, a las personas, a los sentimientos, a los sueños, y a los problemas.
Pienso que algunas posibles interpretaciones de esta frase son una forma de recordar que debemos disfrutar el momento presente y valorar lo que tenemos, porque no sabemos cuándo puede acabarse o cambiar. Por ejemplo, si tenemos una relación amorosa y feliz, debemos cuidarla y expresar nuestro amor, porque nada es para siempre y puede haber circunstancias que la pongan en riesgo o la terminen.
También se podría decir de ella que es una forma de consolarnos o animarnos cuando estamos pasando por una situación difícil o dolorosa, porque nada es para siempre y todo tiene un final. Por ejemplo, si estamos sufriendo por una pérdida, una enfermedad o un fracaso, debemos tener esperanza y confianza en que podremos superarlo y que habrá mejores tiempos.
Es una forma de desafiar nuestra forma de vivir y de pensar sobre el sentido de la vida y el legado que queremos dejar. Nada es para siempre nos invita a reflexionar sobre qué es lo que realmente nos importa y nos hace felices, y a buscar la forma de realizarlo y compartirlo con los demás. También nos hace conscientes de que nuestra existencia es finita y que debemos aprovecharla al máximo.
Desde muy pequeña he sido aficionada a escribir versos, a la vez que reacia a publicarlos, pero hoy voy a hacer una excepción. Nada es para siempre es una frase que se encuentra bajo la cabecera de mi blog desde que lo inicié, frase que siempre me ha inquietado.
Nada es para siempre,
ni el sol que nos alumbra,
ni la luna que nos mira,
ni las estrellas que nos guían.
Nada es para siempre,
ni el amor que nos une,
ni el dolor que nos aflige,
ni la alegría que nos llena.
Nada es para siempre,
ni el sueño que nos inspira,
ni el miedo que nos limita,
ni la esperanza que nos anima.
Nada es para siempre,
pero todo deja una huella,
una marca en nuestra vida,
una lección en nuestra alma.
Nada es para siempre,
pero podemos hacer que valga la pena,
que tenga un sentido y una meta,
que sea una aventura y una fiesta.
"Nada es para siempre, pero todo vale la pena".