COSAS DE GELY
La palabra Navidad proviene de la palabra «Natividad», que viene del latín «Nativitatem», que significa «nacimiento». El mundo religioso la aplica propiamente al nacimiento de Jesucristo.
A esta fiesta en lengua inglesa se le llama «CHRISTMAS» (Christes Maesse), que quiere decir «Misa de Cristo» y es celebrada en la misma fecha.
Esta enseñanza no es bíblica porque no encontramos nada con relación a la Navidad como una celebración; ni Pedro, ni Pablo, ni Juan, ni ninguno de los apóstoles nos hace mención de dicha fiesta, por lo cual se entiende que no la celebraron, ya que los primeros cristianos nunca celebraron sus cumpleaños.
La iglesia romana con su astucia volvió a poner su «sello de santidad» a una fiesta paganizada. Poco a poco iba engañando a los sinceros cristianos que por falta de la luz de las Sagradas Escrituras no podían discernir el fraude, ni saber que en ninguno de los Evangelios Dios hace mención de que sus hijos celebren los cumpleaños. Los verdaderos cristianos sabían que ésta era una costumbre que observaban los paganos y nunca celebraron un cumpleaños.
Quizá por esta razón que no se sepa a ciencia cierta Cuando nació Jesucristo.
Los dos cumpleaños que registra la biblia están mezclados con dos asesinatos:
Génesis 40:18-22 nos dice que para su cumpleaños el Faraón mandó matar al panadero. Y Mateo 14:6 nos dice que Herodes mandó matar a Juan el Bautista.
Con la instauración de la Navidad también se recuperó en Occidente la celebración de los cumpleaños, aunque las parroquias europeas no comenzaron a registrar las fechas de nacimiento de sus feligreses hasta el siglo XII.
En consecuencia ni la Iglesia primitiva guardó esta fiesta.
Pero entonces surge una incógnita… ¿De dónde proviene la Navidad?
LA NAVIDAD FIESTA PAGANA
Desde hace miles de años, y para las culturas y sociedades más diversas, la época de Navidad ha representado el advenimiento del acontecimiento cósmico por excelencia, del hecho más fundamental de cuantos podían garantizar la supervivencia del hombre pagano o campesino, -pagus significa aldea y paganus aldeano o rústico-, del nacimiento -o, mejor dicho, renacimiento anual- de la principal divinidad salvadora.
La historia nos dice que al aceptar el emperador romano Constantino el grande la doctrina de Jesús de ahí en adelante empezó a cristianizar muchas festividades paganas. Hasta el semanal día del Señor de los cristianos es una idea que tomaron prestada de los paganos.
Originalmente los cristianos respetaban el Shabat de los judíos, el sábado, pero Constantino lo modificó para que coincidiera con el día de veneración pagana al sol, el domingo.
Incluso en estos tiempos el día de descanso para las personas de habla inglesa se sigue llamando «Sunday» o día del Sol.
Este es el origen pagano de los días de la semana:
Sunday (Domingo), como ya hemos dicho día del dios Sol.
Monday (Lunes) día de la diosa Luna.
Tuesday (Martes) día de Marte [Tues en nórdico].
Wednesday (Miércoles) día de Mercurio [Wodan].
Thusday (Jueves) día de Júpiter [el dios Thor].
Friday (Viernes) día de Venus [la diosa Frigga].
Saturday (Sábado): día de Saturno [del griego: padre de Zeus].
Pero sigamos con este emperador.
Constantino fue pagano toda su vida y lo bautizaron en su lecho de muerte, cuando ya estaba demasiado débil como para oponerse.
En tiempos de Constantino, la religión oficial de Roma era el culto al Sol, el Sol invictus, el sol invencible, y este gran personaje era el sumo sacerdote. Por desgracia para él, en Roma había cada vez más tensiones religiosas. Tres siglos después de la crucifixión de Jesús, sus seguidores se habían multiplicado de manera exponencial. Los cristianos y los fieles de otras confesiones habían comenzado a luchar entre sí, y el conflicto llegó a tal extremo que amenazaba con partir el imperio en dos.
Constantino decidió que había que hacer algo. Así decidió unificar Roma bajo una sola religión: el cristianismo.
El emperador era muy buen empresario. Veía que la nueva doctrina estaba en gran expansión y, simplemente, apostó por un caballo ganador.
Los historiadores siguen maravillándose de su capacidad para convertir a la nueva religión a unos paganos adoradores del sol.
Sin embargo, y con su gran habilidad, todo parece indicar que Constantino pretendió solamente introducir elementos cristianos en el paganismo para su reforma y vitalidad, así como para solidificar las bases del estado imperial. Es cierto que abolió los oráculos paganos, los sacrificios y cultos groseros, como la prostitución sagrada, pero tampoco dejó de favorecer el culto al sol durante toda su vida. Él mismo mandó construir dos estatuas que le representaban envuelto por dos rayos del sol, con una inscripción en su pedestal que decía lo siguiente:
«A Constantino, resplandeciente como Helios».
Así fue como la fiesta del nacimiento de Cristo quedó separada de la celebración de su bautismo, pero también es cierto que a partir de entonces la celebración del nacimiento de Cristo quedó muy marcada por los elementos de la festividad pagana, hasta nuestros días.
Constantino, con la incorporación de símbolos paganos, fechas y rituales a la creciente tradición cristiana, creó una especie de religión híbrida que pudiera ser aceptada por las dos partes.
Los vestigios de otras religiones en la simbología cristiana son innegables. Los discos solares de los egipcios se convirtieron en las coronillas de los santos católicos. Los pictogramas de Isis amamantando a su hijo Horus, concebido de manera milagrosa, fueron el modelo de las modernas imágenes de la Virgen María amamantando al niño Jesús. Y prácticamente todos los elementos del ritual católico, la mitra, el altar, la doxología y la comunión, el acto de «comerse a Dios», se tomaron de ritos mistéricos de anteriores religiones paganas.
Consultando algunas enciclopedias con relación al origen de esta fiesta, nos dicen que era conocida no con el nombre de Navidad, sino como «SATURNALIAS», celebrada por los antiguos romanos, de los días 17 al 24 de diciembre y el 25 el nacimiento del dios sol.
LA ENCICLOPEDIA QUILLET dice: «La Navidad no figuraba entre las primeras fiestas de la iglesia antes del siglo V.
Expuesto lo anterior, me pregunto que es en realidad lo que llevamos siglo celebrando. Y si merece la pena en la situación de pandemia en la que nos encontramos, celebrar algo basado en una mentira.
Gely Sastre