viernes, mayo 30, 2025

LA NARIZ DE FEIJOÓ Y LA LUCHA ENTRE LA VERDAD Y LA MENTIRA

COSAS DE GELY
LA NARIZ DE FEIJOÓ Y LA LUCHA ENTRE LA VERDAD Y LA MENTIRA
 
Narración que relata la historia de un político desesperado por llegar al poder, y como se le está haciendo dificil  conseguirlo, no repara en inventarse todo tipo de mentiras contra el actual presidente, sus socios de gobierno y todos aquellos que apoyan las decisiones que este toma. Es por dicho motivo que, al igual que le crecía la nariz al muñeco del cuento por decir mentiras, a Feijoó parece ser que le está ocurriendo lo mismo
 
La verdad en juego: el peligro de tener una nariz desmesurada en un rostro que miente

En España, donde la historia reciente ha sido escrita a pulso por quienes decidieron poner el bien común por delante de los intereses de partido, se libra hoy una batalla más profunda que la meramente electoral: la lucha entre la verdad y la mentira.

El actual presidente, Sanchez, ha demostrado que es posible gobernar con honestidad, sin estridencias, y logrando resultados reales que han mejorado la economía y la vida de millones de personas. Bajo su liderazgo, España ha crecido en empleo, ha reforzado su red de protección social, ha estrechado lazos internacionales sin perder autonomía, y ha devuelto la dignidad a sindicatos y trabajadores.

Su modelo de país es claro: uno que no deja atrás a nadie.
Sin embargo, frente a esta política del compromiso y el trabajo silencioso, se alza un proyecto completamente opuesto: el de Feijoó.

Feijoó representa algo más que una candidatura. Es el rostro de una estrategia basada en la distorsión, en la exageración, en el ataque constante y en una ambición desmedida que, de tanto crecer, parece haber perdido conexión con la realidad. Su discurso no se apoya en propuestas ni resultados, sino en una narrativa construida a base de falsedades, manipulaciones y ataques personales.

Lo más alarmante no es que mienta. Es que hace de la mentira su principal herramienta política. No importa que su partido arrastre décadas de condenas judiciales, sentencias firmes y casos de corrupción que lo convierten en el más deshonesto de la historia democrática de España. Él sigue adelante, sin asumir nada, sin pedir perdón, y, lo que es más peligroso, fingiendo representar un cambio que no existe.

No hay mayor riesgo para una nación que entregar el poder a quien desprecia la verdad.

Porque un presidente que miente no solo desgasta la democracia: la desmantela.

La mentira como método de gobierno erosiona la confianza pública, polariza a la sociedad, divide a los medios, desacredita a las instituciones y convierte la política en un circo de acusaciones constantes donde el ruido reemplaza a las soluciones.

Y si eso ocurre, España no solo retrocederá en derechos, en estabilidad y en justicia. Lo hará también en espíritu. Porque cuando la verdad desaparece del debate público, también desaparece la esperanza.

Hoy más que nunca, no se trata solo de elegir un candidato.
Se trata de elegir entre dos formas de entender la política:
Una basada en el trabajo, la honestidad y los hechos.
Y otra basada en la manipulación, la ambición y el engaño.

Y la pregunta que queda para los ciudadanos es tan sencilla como decisiva:

¿Queremos un país que se construya sobre hechos… o sobre una nariz que crece cada vez que habla?
¿Queremos que represente a nuestro país un "señor" entre comillas, que llama capo al presidente de España, cuando el los tiene por amigos y ha convivido con ellos? Les dejo esta noticia el contrabandista gallego Marcial Dorado, amigo de Feijoó.


 
 
 
 
 
 
 

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