COSAS DE GELY
Arthur Schopenhauer: el primer budista europeo
Schopenhauer fue para algunos de sus contemporáneos el gran sacerdote de
la religión atea. Un santo que predicó la castidad y renunció a las
trampas del deseo. Se había acercado al budismo al constatar la «maldad
del mundo», en una época de su vida en la que el mundo le parecía
miserable y fugaz, la creación de un demonio maligno que se deleita con
el sufrimiento de sus criaturas. Ante las visitas le gustaba presentarse
como budista. Sakyamuni le parecía el único que había comprendido la
esencia del mundo, y en su estudio mandó colocar una estatua de Buda,
que hizo dorar en oro de la mejor calidad y encargó tallar una peana
para sostenerla.
Arthur Schopenhauer (1788-1860) Capítulo 48
Rompiendo la tradición alemana, Schopenhauer no siguió la corriente del idealismo
(cuyas figuras importantes eran Kant y Hegel), y apostó por una nueva
concepción de la realidad que nos rodea. Fue ignorado por el resto de
filósofos alemanes y sus ideas se vieron ensombrecidas por las de Hegel,
sin embargo en el campo de la psicología sí fue muy influyente (sobre
Freud, por ejemplo). Schopenhauer recibió influencias del pesimismo y
del budismo, y que aseguraba que era imposible explicar de dónde
precedía nuestro conocimiento (como intentaron hacer racionalistas y
empiricistas). Además, defendió una profunda idea: «todo hombre
considera los límites de su propio campo de visión como los límites del
mundo». Sigue leyendo aqui.
Schopenhauer fue, creo, el primer budista europeo (las primeras traducciones de los textos hindúes y budistas comenzaron a aparecer cuando estaba escribiendo la obra principal). Vivir, nos dice, es querer, y querer es participar en la lucha darwiniana ansiosa, agotadora e interminable que solo los más aptos sobreviven. Los placeres de alcanzar una meta son fugaces o inexistentes. Y una vez logrado, debemos apresurarnos hacia el próximo objetivo para escapar de la amenaza siempre presente de aburrimiento. La vida es una cinta de correr; La "rueda de Ixion" nunca se detiene. Pero esto, nos dice Schopenhauer, es un juego que no tenemos que jugar. Podemos retirarnos de la vida de estar dispuestos a una vida de contemplación - "atención plena", en la jerga actual - una retirada que, para los iluminados, se completará en una muerte fácil. En su nivel más profundo, dice Schopenhauer, su filosofía, como la de Sócrates, es una "preparación para la muerte".
Fuentes: bloghemia.com - vaventura.com
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