COSAS DE GELY
El río de la vida, caudaloso e imparable, serpentea por el valle de la existencia. Desde su nacimiento en la alta montaña, un hilo de agua cristalina que brota de la tierra, hasta su desembocadura en el mar infinito, la vida fluye en un viaje incesante.
Al igual que el río, la vida de cada persona comienza como un pequeño arroyo, lleno de pureza e inocencia. A medida que avanza, se nutre de las experiencias y los conocimientos, creciendo y transformándose en un caudaloso torrente.
En su recorrido, el río encuentra infinidad de obstáculos. Remansos tranquilos donde la vida se aquieta y la calma reina, invitando a la reflexión y al descanso. En el rio también encontramos cascadas impetuosas que representan los desafíos y las dificultades que nos ponen a prueba, obligándonos a superarnos y a crecer.
El río también encuentra valles fértiles donde la vida florece, llena de alegría y de amor. Y también, desfiladeros estrechos y oscuros que simbolizan los momentos de dolor y de tristeza que forman parte inevitable del viaje.
Sin embargo, el río nunca se detiene. A pesar de los obstáculos, continúa su curso inexorable hacia el mar, símbolo del final de la vida, la muerte. La muerte, como el mar, es un destino inevitable que nos espera a todos. Un lugar al que todos llegaremos tarde o temprano, donde se funden las aguas de todos los ríos, sin distinción de raza, religión o condición social.
El río de la vida es una metáfora perfecta de la existencia humana. Un viaje lleno de experiencias, de alegrías y de tristezas, de momentos de calma y de momentos de tormenta. Un viaje que nos lleva desde la inocencia de la infancia hasta la sabiduría de la vejez, y que finalmente nos conduce al mar infinito de la muerte.
Pero la muerte no es el final. Es solo una etapa más del ciclo de la vida. La muerte es la transformación, el cambio a un nuevo estado del ser. El río de la vida no se detiene, continúa su curso hacia el infinito, hacia un nuevo comienzo.
Al igual que el agua del río, que se renueva constantemente, la vida también se renueva. Las personas mueren, pero la vida continúa. Nuevos ríos nacen en las montañas, nuevas vidas se inician en el mundo, y el ciclo continúa sin fin.
El río de la vida para mí es un símbolo de la esperanza, de la renovación y de la continuidad. Es un recordatorio de que la vida es un regalo precioso que debemos disfrutar al máximo, y que la muerte no es el final, sino solo un paso más en nuestro viaje eterno.
REFLEXIÓN
La vida es como un río, un viaje único e irrepetible. Desde el nacimiento hasta la muerte, navegamos por un caudal que nos lleva a través de diferentes etapas, llenas de alegrías y tristezas, de experiencias y aprendizajes.
Cada persona es un río diferente, con su propio caudal, sus propios obstáculos y su propio destino. Lo importante es disfrutar del viaje, aprender de las experiencias y navegar con sabiduría y serenidad.
Al final, todos desembocamos en el mismo mar, la muerte, el fin de la vida individual pero no del ciclo vital. La muerte es solo una transformación, un paso a otra etapa, a otro plano de existencia.
El río de la vida es un símbolo poderoso que nos recuerda la belleza y la fragilidad de la existencia. Es un viaje que debemos disfrutar al máximo, dejando una huella positiva en el mundo y navegando con la esperanza de llegar al mar con la paz y la satisfacción de haber vivido una vida plena.
Dedicado a mi amiga del alma: Sonsoles Moreno Mayoral
1 comentario:
Querida Gely, estoy emocionada, por la enseñanza que me traes y me hace reflexionar sobre mi misma , sobre mi existencia. Me gusta y así lo siento, la metáfora del propio caudal de cada uno que se une a un cauce mayor .El fluir en la vida nos lleva a encontrarnos con otros seres maravillosos que aportan luz, sabiduría, vida acompañamiento, sanación a una/o; otras veces son seres más oscuros que traen dolor, turbiedad, y otras circunstancias, llamémoslas "negativas", que a pesar de todo son experiencias y enseñanzas para continuar, como una especie de revulsivo o un sacudimiento para despertar ,tomar decisiones y seguir, siempre seguir, aunque nos pongan diques, la fuerza de las aguas lima , erosiona y al fin deja libre nuestro fluir tomando otros caminos decididamente rompiendo la represa... el agua estancada todos sabemos lo que significa y trae.
Es una metáfora preciosa la que empleas.
Yo tengo una bendita suerte , enriquecedora suerte , pues muchos seres de luz, abundantes en sabiduría,con principios elevados han unido su caudal al mio para hacerme más sabia, mejor ser humano y acompañarme en este fluir que es la vida.
Solo puedo agradecer ,una otra vez, para honrar esos trasvases existenciales.
Gracias mi querida amiga/hermana por ayudarme a romper mis diques con tu sabiduría y cariño.
Gracias infinitas por dedicarme este precioso artículo.
Por ser fuente de bendiciones.
Te quiero Gely, te abrazo el alma, te reconozco; por el bien que haces y compartes.
Namasté Parijata
https://www.youtube.com/watch?v=q6V392Zb2x4
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