viernes, mayo 30, 2025

LA NARIZ DE FEIJOÓ Y LA LUCHA ENTRE LA VERDAD Y LA MENTIRA

COSAS DE GELY
LA NARIZ DE FEIJOÓ Y LA LUCHA ENTRE LA VERDAD Y LA MENTIRA
 
Narración que relata la historia de un político desesperado por llegar al poder, y como se le está haciendo dificil  conseguirlo, no repara en inventarse todo tipo de mentiras contra el actual presidente, sus socios de gobierno y todos aquellos que apoyan las decisiones que este toma. Es por dicho motivo que, al igual que le crecía la nariz al muñeco del cuento por decir mentiras, a Feijoó parece ser que le está ocurriendo lo mismo
 
La verdad en juego: el peligro de tener una nariz desmesurada en un rostro que miente

En España, donde la historia reciente ha sido escrita a pulso por quienes decidieron poner el bien común por delante de los intereses de partido, se libra hoy una batalla más profunda que la meramente electoral: la lucha entre la verdad y la mentira.

El actual presidente, Sanchez, ha demostrado que es posible gobernar con honestidad, sin estridencias, y logrando resultados reales que han mejorado la economía y la vida de millones de personas. Bajo su liderazgo, España ha crecido en empleo, ha reforzado su red de protección social, ha estrechado lazos internacionales sin perder autonomía, y ha devuelto la dignidad a sindicatos y trabajadores.

Su modelo de país es claro: uno que no deja atrás a nadie.
Sin embargo, frente a esta política del compromiso y el trabajo silencioso, se alza un proyecto completamente opuesto: el de Feijoó.

Feijoó representa algo más que una candidatura. Es el rostro de una estrategia basada en la distorsión, en la exageración, en el ataque constante y en una ambición desmedida que, de tanto crecer, parece haber perdido conexión con la realidad. Su discurso no se apoya en propuestas ni resultados, sino en una narrativa construida a base de falsedades, manipulaciones y ataques personales.

Lo más alarmante no es que mienta. Es que hace de la mentira su principal herramienta política. No importa que su partido arrastre décadas de condenas judiciales, sentencias firmes y casos de corrupción que lo convierten en el más deshonesto de la historia democrática de España. Él sigue adelante, sin asumir nada, sin pedir perdón, y, lo que es más peligroso, fingiendo representar un cambio que no existe.

No hay mayor riesgo para una nación que entregar el poder a quien desprecia la verdad.

Porque un presidente que miente no solo desgasta la democracia: la desmantela.

La mentira como método de gobierno erosiona la confianza pública, polariza a la sociedad, divide a los medios, desacredita a las instituciones y convierte la política en un circo de acusaciones constantes donde el ruido reemplaza a las soluciones.

Y si eso ocurre, España no solo retrocederá en derechos, en estabilidad y en justicia. Lo hará también en espíritu. Porque cuando la verdad desaparece del debate público, también desaparece la esperanza.

Hoy más que nunca, no se trata solo de elegir un candidato.
Se trata de elegir entre dos formas de entender la política:
Una basada en el trabajo, la honestidad y los hechos.
Y otra basada en la manipulación, la ambición y el engaño.

Y la pregunta que queda para los ciudadanos es tan sencilla como decisiva:

¿Queremos un país que se construya sobre hechos… o sobre una nariz que crece cada vez que habla?
¿Queremos que represente a nuestro país un "señor" entre comillas, que llama capo al presidente de España, cuando el los tiene por amigos y ha convivido con ellos? Les dejo esta noticia el contrabandista gallego Marcial Dorado, amigo de Feijoó.


 
 
 
 
 
 
 

martes, mayo 27, 2025

CRÓNICA DE UN MUNDO QUE TIEMBLA PARTE III - (¿Tiene salida este mundo?)

COSAS DE GELY

CRÓNICA DE UN MUNDO QUE TIEMBLA PARTE III - (¿Tiene salida este mundo?)

Crónica de un Mundo que Tiembla: Parte III – ¿Tiene salida este mundo?

La respuesta no es simple, pero tampoco desesperada. Sí, hay caminos posibles. Pero no mágicos, ni rápidos, ni fáciles. Implican dolor, coraje y una profunda transformación en la forma en que vivimos y entendemos la vida.

¿Qué podría cambiar el rumbo?

Reeducar el alma colectiva: Necesitamos enseñar desde niños que la vida humana vale lo mismo en Nueva York que en Gaza. Que un bosque vale más que el oro escondido bajo sus raíces. Que la compasión no es debilidad, sino inteligencia emocional.

Reparar la justicia internacional: El mundo necesita un sistema donde ningún líder (por poderoso que sea) esté por encima de la ley. Putin, Netanyahu, Trump y otros deben enfrentar las consecuencias si cometen crímenes. Pero eso requiere valentía y unidad de los pueblos, no solo de los gobiernos.

Reconstruir el nosotros: La política solo cambiará si la ciudadanía se organiza. Movimientos sociales, nuevos liderazgos éticos, tecnología al servicio del bien común. Eso ya está pasando en algunos lugares, aunque los focos no lo muestren.

Vivir con menos, vivir mejor: Si seguimos midiendo el éxito por el consumo y no por la dignidad, repetiremos el ciclo. Hay que construir una nueva economía: regenerativa, humana, descentralizada. No solo sobrevivir: aprender a convivir.

Final: Todavía queda luz

Es de noche en muchas partes del mundo. Pero incluso en la noche, hay fuego. En Gaza, una madre canta a su hija entre las ruinas. En Rusia, una periodista escribe a escondidas. En Estados Unidos, un joven afroamericano se presenta como candidato con un discurso de unidad. En África, mujeres campesinas protegen la tierra como si fuera su propio cuerpo.

La historia no está cerrada. El final no está escrito.

Y mientras tú lees esto, mientras alguien más escucha, comparte, actúa, nace otra posibilidad.
 


 

 

  

domingo, mayo 25, 2025

CRÓNICA DE UN MUNDO QUE TIEMBLA PARTE II (El Miedo como Gobierno)

COSAS DE GELY
CRÓNICA DE UN MUNDO QUE TIEMBLA PARTE II (El Miedo como Gobierno)

"Crónica de un Mundo que Tiembla" – Parte II: El Miedo como Gobierno
 
Gobernar con Miedo: las sombras de Putin, Trump Netanyahu y otros señores del siglo XXI

Hay una manera de gobernar que no necesita tanques en las calles: basta con miedo. Vladimir Putin lo ha perfeccionado. En Rusia, el miedo no se grita; se susurra. Porque quien alza la voz puede desaparecer, ser acusado de traición, morir envenenado o preso por décadas. Y mientras tanto, desde la televisión estatal, se repite que Rusia está rodeada, amenazada, que necesita un “líder fuerte”. Que todo es por el bien de la patria.

El miedo, en manos de los poderosos, es una droga que adormece a los pueblos.

Trump lo entiende también. Usa otras palabras, pero el mismo veneno. Habla de “ellos” contra “nosotros”. “Ellos” son los inmigrantes, los críticos, los diferentes. “Nosotros”, los “buenos americanos”, blancos, cristianos, fuertes. Promete muros, castigos, venganzas. Y muchos lo aplauden. No porque sean malos, sino porque están cansados, asustados, confundidos.

Netanyahu, por su parte, se presenta como protector de su pueblo, incluso si eso significa aplastar a otro. Usa el horror de ataques pasados para justificar el castigo colectivo de un pueblo entero. Así, mientras Gaza se desangra, él gana puntos en las urnas. Es la vieja fórmula del “enemigo necesario”.
 
Las paredes invisibles

Este miedo no vive solo en los países autoritarios. Vive también en democracias agotadas. En barrios donde la policía no protege, sino que amenaza. En trabajos donde si hablas, te despiden. En redes sociales donde se lincha al diferente, y en las noticias donde el drama humano se mide por su valor comercial.

Hay paredes invisibles que nos separan: entre ricos y pobres, entre el Norte y el Sur, entre los que mandan y los que apenas sobreviven. Son muros mentales, emocionales, que nos hacen creer que no hay salida. Que siempre ha sido así.
 
La Parte III – ¿Tiene salida este mundo? Proximamente.

 

 



sábado, mayo 24, 2025

CRÓNICA DE UN MUNDO QUE TIEMBLA - Parte I (El Rumor de la tierra)

COSAS DE GELY

 
"Crónica de un Mundo que Tiembla" 
Parte I: El Rumor de la Tierra

Mi nombre es cualquiera. Podría ser el tuyo. Vivo en este mismo planeta, donde el sol todavía sále cada día, aunque a veces lo haga sobre escombros, sobre niños con hambre, sobre políticos que sonríen mientras otros lloran.

Este es un relato que no empieza con una guerra, ni con una tragedia. Empieza con un susurro. Un susurro que recorre las calles de Gaza, atraviesa las ruinas de Ucrania, se cuela por las montañas de Haití, y llega hasta los rascacielos de Nueva York o Moscú. Es el susurro de millones que preguntan: “¿Por qué?”

Gaza: donde los sueños no alcanzan la adultez

Imagina un niño llamado Ahmed. Tiene ocho años y vivía con sus padres cerca de Rafah, en Gaza. Ya no vive allí. Ya no vive en realidad. Murió de hambre. No porque no hubiera comida en el mundo, sino porque su mundo fue reducido a ruinas por bombas, por bloqueos, por decisiones que otros tomaron desde escritorios con aire acondicionado.

Las tierras que daban pan están ahora quemadas. Los hospitales que salvaban vidas, reducidos a polvo. Gaza es hoy una herida abierta que grita, mientras algunos líderes (como Netanyahu) plantean “planes de reubicación” que no son otra cosa que exilio forzado, desarraigo, y olvido. Todo, con la bendición de otros como Donald Trump, que piensa que las soluciones se compran o se imponen.

La Justicia que nunca llega

En La Haya, el Tribunal Penal Internacional intenta emitir órdenes de arresto. “¡Alto!”, dicen. “¡Esto no es justicia, es política!”, responden algunos. Netanyahu desafía al tribunal. Trump amenaza con retirar apoyo. Putin se ríe desde Moscú, donde se reelige con un 87% de votos en un país donde muchos opositores ya no están vivos para votar.

¿Y la justicia? La justicia camina lenta, con los pies heridos. Porque donde manda el poder, la ley se convierte en una herramienta para los fuertes y un castigo para los débiles.

Los Amos del Mundo

Las grandes corporaciones siguen haciendo negocios. Empresas que destruyen selvas en el Amazonas o contaminan ríos en África siguen creciendo, mientras los pueblos originarios son desplazados o asesinados. No salen en las noticias. No son trending topic. Pero existen. Son la base de nuestra ropa barata, de nuestros teléfonos inteligentes, de nuestro silencio cómodo.

Mientras tanto, el Sur Global (esos países empobrecidos por siglos de saqueo y colonialismo) carga con los residuos de la riqueza de otros. Y cuando alguien alza la voz, se le llama terrorista, o se le calla con balas o tratados comerciales que matan sin disparar.

La Tierra también grita

El planeta, como un viejo sabio agotado, nos manda señales. Inundaciones, incendios, sequías. Nos grita que no puede más. Pero seguimos cavando, explotando, comprando, desechando. Como si tuviéramos otro mundo de repuesto. Como si los nietos de Ahmed no fueran también nuestros.

Hasta aquí, esta es la primera parte del relato. En las segunda parte, abordaré el papel de los medios, la hipocresía internacional, la indiferencia cotidiana, y también (porque no todo está perdido) los pequeños actos de resistencia, de dignidad, de luz.


miércoles, mayo 14, 2025

PEPE MUJICA CON EL CORAZÓN POR DELANTE

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PEPE MUJICA  CON EL CORAZÓN POR DELANTE

Hoy es un día muy triste. Se ha ido José Mujica, un ser humano al que he admirado siempre. Su partida no es solo la de un expresidente; es la de un hombre que fue coherente hasta el último día de su vida con sus ideas, que vivió con humildad, sin máscaras, sin ambiciones egoístas, y con una honestidad cada vez más rara de encontrar en este jodido mundo.

Mujica no se dejó tentar por el poder. Fue un político distinto: sencillo, profundamente humano, movido por la realidad que veía en la calle, en el campo, en el mundo. Vivía como pensaba, y eso lo convirtió en un símbolo de integridad. Mientras otros hablaban de justicia, él la practicaba; mientras muchos se enriquecieron, él daba; y mientras otros buscaban ser admirados, él se limitaba a servir.

Hoy siento que se ha ido alguien que representaba lo mejor de nosotros. Un referente moral, un alma libre, un hombre cuya grandeza estuvo en la sencillez. Su vida fue un acto de amor por los demás, y su ejemplo quedará siempre como un faro para quienes creemos que otro mundo es posible, si se camina con el corazón por delante.

Gracias, Pepe, por mostrar que se puede ser un líder sin perder el alma. Hasta siempre.


 

 

 

LA VIDA EN TODOS SUS ASPECTOS

COSAS DE GELY

LA VIDA EN TODOS SUS ASPECTOS

La vida es una experiencia compleja, contradictoria y a veces injusta, que nadie elige comenzar pero todos se ven obligados a transitar. Desde el primer instante, las personas no nacen iguales. Esa desigualdad, lejos de ser solo una frase hecha, tiene raíces profundas en el lugar donde se nace, en la cultura que nos rodea, en el género que se nos asigna, en el sistema político que gobierna, en el entorno económico, en las creencias religiosas que se heredan y, por supuesto, en la familia que nos acoge o nos rechaza.

El sexo y la diferencia marcada desde el nacimiento

Desde el mismo momento en que nace, a una persona se le impone una etiqueta: hombre o mujer. Y aunque biológicamente esto responda a diferencias físicas, socialmente marca caminos separados. A los hombres se les ha enseñado por siglos a no mostrar emociones, a ser proveedores, a dominar. A las mujeres se les ha enseñado a cuidar, a obedecer, a ceder. Estas normas no escritas han formado sociedades en las que uno de los sexos siempre parte con ventaja. En muchas regiones del mundo, las mujeres siguen sin poder decidir sobre sus propios cuerpos, sin acceso igualitario a la educación o a cargos de poder. Y en otras, los hombres sufren en silencio por una identidad que no les permite mostrarse vulnerables, temiendo ser señalados por simplemente sentir.

El lugar de nacimiento y las diferencias abismales

Nacer en una ciudad con hospitales, escuelas y comida disponible no es lo mismo que nacer en una aldea sin agua potable, sin electricidad, rodeada de violencia o pobreza extrema. Hay quienes crecen con la posibilidad de soñar y otros que solo pueden pensar en sobrevivir. Esto no es cuestión de méritos personales. Es el resultado de siglos de colonización, saqueo, guerras y decisiones políticas que favorecieron a unos y condenaron a otros. El sistema económico mundial está diseñado para mantener estas diferencias. Y aunque algunas personas logren “salir adelante”, muchas otras quedan atrapadas en un ciclo que las castiga incluso antes de nacer.

La familia: primer molde de la vida

La familia es el primer entorno que forma o deforma. Si hay afecto, cuidado y comprensión, una persona puede desarrollarse con cierta seguridad emocional. Pero si lo que hay es violencia, abandono o humillación, esa persona crecerá con heridas que le afectarán en sus relaciones, en su autoestima, en su forma de ver el mundo. Muchas veces las familias transmiten patrones que se repiten generación tras generación, sin cuestionarse si son justos, sanos o útiles. Y cuando se combina una familia disfuncional con un entorno hostil, la vida se vuelve cuesta arriba desde los primeros pasos.


La religión: guía espiritual o arma de control

La religión ha sido uno de los pilares más influyentes en la historia humana. Para millones de personas, ha sido consuelo, guía moral, esperanza. Pero también ha sido herramienta de control, fuente de conflictos, excusa para la opresión. Algunas religiones predican la paz pero históricamente han promovido guerras. Otras hablan de amor mientras excluyen y condenan a quienes piensan diferente. Y muchas veces, quienes no creen en nada son tratados con desconfianza o desprecio, como si la fe fuera la única forma de tener valores.


No importa si una persona cree o no. Lo que importa es cómo vive esa creencia. Hay ateos más compasivos que muchos creyentes, y hay creyentes que usan su fe como excusa para el odio. La verdadera espiritualidad no se mide por rituales, sino por la forma en que uno se comporta con los demás.

El estado civil: caminos distintos, presiones distintas

Ser soltero, casado, divorciado, viudo o tener hijos cambia radicalmente la experiencia de la vida. En muchas sociedades, estar casado sigue siendo visto como sinónimo de éxito emocional, mientras que la soltería se asocia con fracaso o egoísmo. Ser madre se sigue presentando como el destino “natural” de toda mujer, y quien no tiene hijos muchas veces es cuestionado. Pero la realidad es que cada elección tiene sus propias alegrías y sufrimientos. El problema no es el estado civil, sino las expectativas sociales que se imponen sobre él.

La política: el poder que decide nuestras vidas

Pocas cosas afectan tanto nuestra vida como la política. Y sin embargo, muchas personas no lo entienden o lo ignoran. La política decide cuánto ganamos, qué derechos tenemos, si accedemos a salud o educación, si estamos protegidos ante una injusticia o si somos olvidados por el sistema.


Existen muchos tipos de sistemas políticos, pero no todos benefician a la mayoría. Las democracias, aunque ideales en papel, muchas veces son secuestradas por intereses económicos. La corrupción convierte a los gobiernos en maquinarias de poder que no representan a la gente. Las dictaduras eliminan las libertades. El neoliberalismo, que convierte todo en negocio, ha causado desigualdades extremas, privatizando servicios esenciales y convirtiendo los derechos en productos.

La mejor política es aquella que distribuye con justicia, que garantiza igualdad de oportunidades, que respeta a las minorías, que protege a la infancia, que invierte en salud y educación. Pero eso no ocurre sin lucha. La historia muestra que todos los derechos que hoy existen fueron ganados a base de esfuerzo y sangre.

El dinero: de herramienta útil a amo despiadado

El dinero fue creado como un medio para intercambiar bienes de forma más práctica. Pero pronto se convirtió en símbolo de poder, en fin último, en meta de vida. Hoy, quien tiene dinero tiene más posibilidades de vivir, de curarse, de estudiar, de ser escuchado. Y quien no tiene, vive con miedo constante: a enfermarse, a envejecer, a perder el techo, a no poder alimentar a sus hijos.

Los bancos, grandes empresas y fondos de inversión han hecho del dinero una trampa. Prestan a intereses que destruyen economías, que quiebran países enteros. Gobiernos enteros han sido comprados por multinacionales. El dinero ha dividido a la humanidad en clases, y esas clases ya no se mezclan. El rico vive en otro mundo, con sus propias leyes. Y al pobre solo le queda obedecer, resignarse o pelear.

La usura y el menosprecio a la condición humana

La usura no es solo una práctica bancaria. Es una forma de desprecio. Es lucrarse con la necesidad del otro. Es ver al ser humano como un número, como una deuda, como una estadística. En muchos países, la pobreza no es accidental: es diseñada. Se generan condiciones para que la gente siempre esté pagando, siempre esté endeudada, siempre necesite pedir más. El sistema está armado para que nunca se salga del círculo. Esto genera angustia, enfermedades, suicidios, violencia. Y todo eso se justifica en nombre del mercado, de la economía, del crecimient
o.

Enfermedad, vejez y muerte: la gran negación

Sabemos que vamos a morir, pero vivimos como si eso no fuera a pasar. Posponemos lo importante, nos preocupamos por cosas que no lo son, acumulamos bienes inútiles. La enfermedad aparece como un castigo, la vejez como una carga, y la muerte como un tabú. Pero todo eso forma parte de la vida. No hay vida sin fin. El cuerpo es frágil. A veces enferma por lo que hacemos, otras simplemente porque sí. La medicina ha avanzado, pero nunca podrá evitar que el cuerpo envejezca y muera. Lo que sí puede cambiar es cómo enfrentamos esa verdad. No con miedo, sino con conciencia.


Vivir sabiendo que vamos a morir puede ser una tragedia… o una oportunidad. La oportunidad de valorar lo simple. De dejar de odiar. De perdonar antes de que sea tarde. De decir “te quiero” hoy, no mañana. Porque mañana no está garantizado.

Conclusión: la vida como lucha, como regalo y como responsabilidad

La vida no es justa. No es igual para todos. Pero dentro de todo ese caos, sigue habiendo belleza. Una mirada sincera, una canción que te emociona, un acto de bondad inesperado, una tarde de risa, una conversación profunda. Esas cosas no cuestan dinero, no dependen del gobierno ni del estado civil. Y sin embargo, son las que nos hacen sentir vivos.


El reto no es vivir sin errores, ni tenerlo todo resuelto. El reto es no perder la humanidad. No dejar que el dinero, la política o el miedo nos conviertan en máquinas. El reto es cuidar, acompañar, resistir. Porque solo el amor, la compasión y la justicia pueden darnos sentido. Y solo cuando entendemos que todo es finito, empezamos a vivir de verdad.
 


 

 

 

viernes, mayo 09, 2025

EL REINO DEL CALIDO SOL - ENTRE LA ESPERANZA Y LA CODICIA

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EL REINO DEL CALIDO SOL

El Reino del Cálido Sol: Entre la esperanza y la codicia

En un rincón luminoso del sur de Europa, donde la historia se respira en cada rincón y la vida florece bajo un sol generoso, existe un país que podríamos llamar el Reino del Cálido Sol. Es un lugar lleno de contrastes, de pueblos humildes y ciudades vibrantes, donde conviven la tradición y el deseo de avanzar. Pero también es un país en el que, desde hace décadas, dos grandes fuerzas políticas se disputan el poder con visiones radicalmente opuestas.

Por un lado, están los Ansiosos Buitres, siempre atentos a los vientos de oportunidad, siempre dispuestos a lanzarse sobre lo que puedan convertir en beneficio propio. Cada vez que han alcanzado el poder, su prioridad ha sido clara: proteger a quienes más tienen. Sus políticas han beneficiado a los grandes empresarios, han congelado pensiones, y han defendido con insistencia modelos de energía obsoletos como las centrales nucleares. Y, sobre todo, han llevado a cabo un proceso constante de privatización de servicios esenciales, como la sanidad y la educación, debilitando lo público y favoreciendo a lo privado, lo que inevitablemente golpea más fuerte a quienes menos tienen.

Por otro lado, se encuentra el Corazón de la Rosa, una fuerza política que, con todas sus imperfecciones, cuando ha gobernado ha buscado mejorar la vida de la mayoría. En los últimos años han subido las pensiones, el salario mínimo, e intentan reducir la jornada laboral, cosa a la que se oponen los Ansiosos Buitres, y han regularizado a miles de personas inmigrantes que huían de la miseria. Han intentado distribuir a menores no acompañados por distintas ciudades, para que el esfuerzo de integrarlos fuera compartido por todos, en un gesto de humanidad y justicia social.

A pesar de estos avances, los Ansiosos Buitres no han dejado de criticar sin tregua. No importa la medida, ni a cuántos beneficie: si viene del Corazón de la Rosa, votan en contra. Incluso aquellas leyes que buscan mejorar la vida de millones de personas reciben su rechazo sistemático, no por su contenido, sino por quién las propone. La lógica de la oposición destructiva les puede más que el interés general.

Los hechos más recientes lo demuestran con claridad. El pasado 28 de abril, un apagón inesperado dejó sin suministro eléctrico a todo el país. Lo lógico habría sido pedir explicaciones y dar tiempo para investigar, pero los Ansiosos Buitres prefirieron lanzarse a la crítica feroz, sin pruebas ni datos, buscando culpas antes que soluciones. En vez de responsabilidad, eligieron el ruido mediático.

Días después, otro incidente: el robo de cobre en una línea de ferrocarril en la provincia de Toledo. Como de costumbre, los Ansiosos Buitres en lugar de cooperar para resolver el problema, volvieron a utilizar el suceso para atacar, alimentar el miedo y desviar la atención. Es su forma de hacer política: aprovechar cualquier situación, incluso la desgracia, para sacar rédito, aunque sea a costa de la verdad y del bienestar colectivo.

Todo esto no es nuevo. Los que han observado con atención la historia reciente del Reino del Cálido Sol, saben que este comportamiento se repite siempre. Cuando gobiernan los Ansiosos Buitres, lo público se debilita, los poderosos se fortalecen y los trabajadores se quedan atrás. Cuando lo hace el Corazón de la Rosa, intentan redistribuir, mejorar las condiciones de vida, y gobernar para la mayoría. Pero nunca lo tienen fácil, porque los ataques de los Ansiosos Buitres son constantes, y las mentiras también.

Aun así, a pesar de todo, la gente del Reino sigue adelante. Cada vez más ciudadanos empiezan a ver con claridad las diferencias entre unos y otros. Porque aunque los buitres sigan volando alto, buscando su oportunidad, es el pueblo (la gente común, trabajadora y solidaria) el que sostiene de verdad el futuro de esta tierra.


 

 

 

miércoles, mayo 07, 2025

EL GRAN APAGÓN DE ESPAÑA

COSAS DE GELY

EL GRAN APAGÓN DE ESPAÑA

El gran apagón de España: ¿Error técnico, sabotaje o interés oculto?

El pasado lunes 28 de abril, millones de ciudadanos en España, Portugal y parte de Francia se quedaron sin electricidad durante horas. No fue un simple corte de luz, sino un apagón masivo que colapsó el sistema eléctrico de la península ibérica. ¿Cómo pudo pasar algo así en pleno 2025? ¿Fue un accidente... o hay algo más detrás?

Como ciudadana que intenta entender lo que pasa y compartirlo con otros, he investigado los hechos disponibles, los datos técnicos, las declaraciones oficiales y los silencios más sospechosos. A continuación, te explico de forma sencilla según mi apreciación, que pudo haber pasado, quiénes podrían estar detrás, y sobre todo, quién gana con todo esto.

La versión oficial: un fallo técnico masivo

La primera explicación que se dio apunta a un fallo técnico. A eso del mediodía, una parte enorme de la producción eléctrica del país (en su mayoría solar) desapareció de golpe. Se habla de unos 15.000 megavatios, una cantidad brutal.

Esto descompensó la red eléctrica. Las centrales que quedaban no fueron capaces de aguantar el tirón y empezaron a desconectarse solas por seguridad. En cuestión de minutos, el país entero se quedó a oscuras.

Las autoridades afirman que no se trató de un sabotaje y que el problema vino de una descoordinación entre las distintas fuentes de energía. En otras palabras: las renovables funcionaron, pero el sistema no supo cómo reaccionar cuando una parte dejó de hacerlo.

¿Y si no fue solo un fallo? El sospechoso silencio del lobby energético

Ahora bien… ¿y si hubo algo más? ¿Y si este apagón no fue solo un error técnico? Esta teoría no es conspirativa, es simplemente lógica:

Tras el apagón, las plantas de gas y las centrales nucleares fueron las encargadas de levantar de nuevo el sistema.

Eso implica que las empresas que controlan estas fuentes más caras y tradicionales ganaron protagonismo… y dinero.

Además, tras el suceso, varios medios y figuras comenzaron a sembrar dudas sobre la fiabilidad de las renovables.

¿Casualidad o jugada?

Puede que alguien haya aprovechado una debilidad del sistema para provocar una desconexión que desacredite el avance de las energías limpias. O puede que ciertas alarmas internas se ignoraran a propósito. Esto es difícil de probar, pero no imposible de imaginar, teniendo en cuenta lo que está en juego: el futuro del negocio energético en Europa.

Ciberataques y sabotaje extranjero: el otro frente abierto

El Gobierno también ha confirmado que se está investigando un posible ciberataque. Ya ha ocurrido en otros países: Rusia, China, Irán y Corea del Norte han sido acusados de intervenir en redes eléctricas extranjeras.

¿Podría haber sido un ataque para probar nuestras defensas?

Sí. En un mundo donde las guerras se libran también en forma de código y virus informáticos, este tipo de agresión digital es cada vez más común.

¿Hay pruebas?

No todavía. Pero el hecho de que se esté investigando seriamente esta opción indica que no se descarta ningún escenario.

Mi opinión: una mezcla de errores y manos ocultas

Después de analizar toda la información, mi opinión personal es esta:

El apagón fue una combinación de fallo técnico, mala preparación del sistema eléctrico y, posiblemente, intereses ocultos que no hicieron nada por evitarlo.

No creo que haya una mano negra única, pero sí creo que el sistema favorece a quienes quieren retrasar la transición ecológica. Y si eso incluye dejar que un fallo se agrave o no modernizar a tiempo el sistema, es una forma de sabotaje silencioso.

¿Y ahora qué?

Este apagón debería ser una llamada de atención. No para abandonar las renovables, sino para mejorar el sistema que las gestiona. Porque no es la energía limpia la que falló, sino la red antigua que aún depende de los de siempre.

Esperemos que las investigaciones sigan y que no se silencie nada por intereses políticos o empresariales.

Considero que la energía también es poder, y sabotearla o manipularla para recuperarlo (cuando se ha perdido) es uno de los actos más macabros que puede sufrir un pueblo, por parte de alguien que pretenda llegar a el.

Pero vivimos en un mundo donde hay personas y grupos tan ambiciosos, tanto en la política como en los grandes negocios, que harían cualquier cosa por dominarlo todo.

No lo permitamos. Exijamos claridad, verdad y un futuro energético justo. 




domingo, mayo 04, 2025

CAMINAR CON EL BUDISMO

COSAS DE GELY 


CAMINAR CON EL BUDISMO

A veces sentimos que la vida corre muy rápido, que se nos escapa entre las manos, o que nos falta algo, aunque tengamos todo. En esos momentos, muchos buscamos una forma distinta de vivir, una que nos ayude a estar más presentes, a comprendernos mejor, y a vivir con más calma y bondad. El budismo ofrece justamente eso: una manera simple, profunda y amorosa de relacionarnos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo.

Este texto es una invitación suave para quien desea comenzar ese camino. No hace falta saber nada previo, ni cambiarlo todo de golpe. Solo tener el corazón abierto y el deseo sincero de vivir con más paz.

Caminar con el budismo: es una historia sencilla para empezar a vivir con más paz

Muchas personas llegan al budismo buscando algo muy humano: un poco de paz, algo de claridad, y un camino que les ayude a entender por qué a veces duele vivir. No hace falta ser religioso, ni creer en cosas extrañas, ni hacer grandes rituales. Basta con tener un corazón abierto y ganas de vivir con más conciencia.

Todo comenzó hace mucho tiempo, con un hombre llamado Siddhartha, que más tarde sería conocido como el Buda. No era un dios, ni un ser especial. Era una persona como tú o como yo, que empezó a hacerse preguntas: ¿por qué sufrimos?, ¿por qué a veces nos sentimos vacíos aunque tengamos de todo?, ¿hay una forma de vivir más libre y en paz? Y buscando esas respuestas, se dio cuenta de algo muy profundo: que mucho de nuestro sufrimiento viene de dentro, de cómo nos aferramos a las cosas, de cómo rechazamos lo que no nos gusta, y de cómo corremos tras lo que deseamos sin descanso.

Él no quiso fundar una religión. Lo que hizo fue compartir lo que descubrió, como si le contara a un amigo una receta que funciona. Y esa receta todavía sirve hoy. Es sencilla, aunque no siempre fácil. Consiste en vivir con atención, con bondad y con sabiduría. Y para eso, hay algunas cosas que puedes empezar a hacer desde hoy mismo, sin necesidad de cambiar todo de golpe.

Una de las primeras cosas es observar cómo vives. ¿Hablas con respeto? ¿Actúas con honestidad? ¿Eres amable contigo y con los demás? El budismo enseña que cada acción, cada palabra y cada pensamiento dejan una huella. Por eso, intenta vivir de forma que no dañes ni a ti ni a otros. Hay personas que se comprometen con cinco principios muy simples: no hacer daño a ningún ser vivo, no tomar lo que no es suyo, no mentir, no dañar con la sexualidad, y no perder el control con el alcohol o las drogas. No es una lista de prohibiciones, sino una ayuda para vivir más claros, más ligeros.

Otro paso importante es aprender a estar presente. En vez de vivir en el pasado o correr hacia el futuro, puedes empezar a prestar atención a lo que está ocurriendo ahora mismo. Cuando camines, nota tus pasos. Cuando comas, siente el sabor de los alimentos. Cuando hables con alguien, escúchalo de verdad. A eso se le llama vivir con atención plena, y es uno de los pilares del camino budista. No necesitas cambiar de vida; solo estar más despierto dentro de ella.

Y claro, también está la meditación. No se trata de hacer cosas raras. Solo sentarse en silencio, cerrar los ojos, y observar la respiración. Al principio, la mente se va de un lado a otro. Es normal. Lo importante es volver una y otra vez al momento presente, como quien entrena un músculo que ha estado dormido. Con el tiempo, la mente se calma, el corazón se abre, y uno empieza a ver con más claridad.

Además de eso, puede ayudarte mucho leer sobre estas enseñanzas. Hay libros muy sencillos que explican todo con palabras suaves, como si un amigo sabio te hablara desde el corazón. Autores como Thich Nhat Hanh o el Dalai Lama explican el budismo de forma cercana, comprensible, sin complicaciones.

Y si un día quieres dar un paso más, puedes acercarte a una comunidad de personas que practican el budismo. No hace falta que vivas en un templo ni que te pongas una túnica. Hay grupos de meditación, encuentros en línea, y muchas formas de compartir este camino con otros que también están aprendiendo. Estar acompañado hace más fácil seguir adelante.

Lo más importante es que no hay prisa. Nadie te va a juzgar por hacerlo a tu ritmo. Ser budista no es una etiqueta, es un camino. Y cada paso que des con atención, cada acto de bondad, cada vez que eliges responder con calma en lugar de con rabia, ya estás practicando. No necesitas ser perfecto. Solo necesitas estar dispuesto a mirar hacia dentro, a cuidarte, y a vivir con un poco más de conciencia.

El budismo, en el fondo, es eso: aprender a vivir con sencillez, con amor, y con los ojos abiertos.

Si este texto te ha tocado el corazón, si ha encendido en ti una chispa de curiosidad o esperanza, te invito a dar tu primer paso. No hace falta tener todas las respuestas, solo la disposición de empezar a mirar dentro con amor. Que este camino, si decides recorrerlo, te lleve a un lugar más sereno, más claro, más verdadero.

 

 

 

viernes, mayo 02, 2025

ENTENDER LA VACUIDAD

COSAS DE GELY

 

Escuché por primera vez la palabra "vacuidad" en una charla sobre budismo. Me pareció un término raro, como si se hablara de la nada o de que todo es vacío en un sentido negativo. Pero con el tiempo comprendí que no se trataba de eso. En el budismo, especialmente en la escuela Gelugpa del Tíbet, vacuidad significa otra cosa: que nada existe por sí mismo, de forma independiente.

No quiere decir que las cosas no existan. Las cosas sí existen, pero no de manera separada o sólida. Existen en relación con otras cosas. Todo lo que vemos o experimentamos depende de causas, de condiciones, de partes y también de cómo lo entendemos con la mente.

Por ejemplo, una flor. No aparece sola. Para que una flor exista hacen falta una semilla, tierra, agua, sol, tiempo. También tiene partes: pétalos, tallo, hojas. Y la llamamos “flor” porque le damos ese nombre. Si le quitamos esas condiciones, ya no hay flor. Así pasa con todo.
 
Imagina una ola en el mar. A simple vista, parece tener su forma propia, su principio y su fin. Pero si intentas aislarla, te das cuenta de que no puedes separarla del mar, del viento, de las condiciones que la hacen surgir. Una ola no existe de forma independiente: depende del agua, del clima, del movimiento. Es real, pero no tiene una existencia sólida en sí misma.

También con nosotros mismos. Lo que llamamos “yo” está hecho de recuerdos, emociones, pensamientos, cuerpo, nombre. No hay un “yo” fijo e independiente dentro de nosotros. Esa idea de que hay algo sólido que somos, es una costumbre mental. Y cuando creemos que ese “yo” es real y permanente, sufrimos. Nos aferramos, tememos perderlo, nos enojamos cuando lo sentimos amenazado.

Comprender esto da alivio. Nos ayuda a soltar muchas preocupaciones y a vivir con más sencillez. También despierta compasión. Si todos estamos atrapados en ideas equivocadas sobre nosotros y los demás, es natural querer ayudarnos mutuamente a ver con más claridad.

La vacuidad, entonces, no es una idea para discutir. Es una manera de mirar, de entender la realidad sin cargarla de ilusiones. Cuando uno empieza a ver así, la vida se vuelve más ligera. No porque sea perfecta, sino porque dejamos de luchar contra lo que no es real.
 
Así descubrí que la vacuidad no es la nada. Es más bien el espacio abierto y flexible que nos permite vivir con mayor claridad, humildad y amor. Comprender que nada existe de forma rígida es, paradójicamente, lo que nos permite soltar el miedo y comenzar a vivir con una mente libre y un corazón despierto.
 

 

 


viernes, abril 25, 2025

LA ESPERANZA TRANQUILA DEL CAMINO DEL MEDIO

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La esperanza tranquila: hallando equilibrio en tiempos difíciles

En ciertos momentos de la vida, todo parece desdibujarse. Los días pesan, las respuestas no llegan, y una se pregunta si vale la pena seguir buscando un sentido. La desesperanza, esa sombra silenciosa, puede envolvernos con facilidad, sobre todo cuando las fuerzas ya no son las de antes y la vida ha ido dejando marcas en el cuerpo y en el alma.

Sin embargo, también hay un camino intermedio. Un espacio donde no se niega el dolor, pero tampoco se le entrega el timón de nuestra existencia. El budismo, con su profunda sabiduría, habla de este "camino del medio". No es una promesa de felicidad eterna, sino una invitación a vivir con atención, a dejar de pelear con lo que no podemos cambiar, y a descubrir que incluso en medio de la tristeza, puede brotar una semilla de paz.

No se trata de negar lo que sentimos. Al contrario. Se trata de mirar con ternura ese cansancio, esa tristeza, y aprender a estar con ella sin perdernos en el abismo. Como se dice en la práctica de la meditación: "Esto también pasará".

La impermanencia, tan temida y a la vez tan liberadora, nos recuerda que nada dura para siempre: ni la alegría ni el sufrimiento. Cada emoción, cada pensamiento, es como una nube en el cielo. Podemos observarla, dejarla pasar… y seguir caminando.

También hay una gran verdad en la interdependencia: no estamos solos, aunque a veces lo sintamos así. El simple hecho de compartir nuestras vivencias, como intento hacerlo con estas palabras, ya es una forma de tender puentes. Tal vez alguien, al leer esto, se sienta un poco menos solo en su dolor. Y eso ya es un pequeño acto de compasión.

Por eso escribo. Aunque a veces me cueste. Porque sigo creyendo que, en medio de todo, hay luz. Una luz serena, que no deslumbra, pero que guía. Como una vela encendida en una noche oscura.



 



martes, abril 22, 2025

LA TIERRA EL PLANETA QUE NECESITABA RESPIRAR 2ª PARTE (Voces bajo el viento)

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LA TIERRA EL PLANETA QUE NECESITABA RESPIRAR 2

Segunda parte, Voces bajo el viento

Aunque los dos tiranos seguían sembrando miedo, había algo que no lograban controlar del todo: la voluntad de quienes no se rendían.

En aldeas olvidadas, en las ciudades sofocadas por propaganda, incluso dentro de los propios países gobernados por el Rey del Norte y el Zar de la Helada Taiga, comenzaron a aparecer señales. Eran pequeñas al principio: una canción prohibida cantada en una plaza, una pancarta escrita con manos temblorosas, una conexión clandestina a redes de comunicación libres. Grietas, apenas perceptibles, pero constantes.

La resistencia no era un ejército. Era un murmullo. Y luego fue un eco. Y luego un rugido.

En un archipiélago del sur, una presidenta joven y valiente, criada en medio de tempestades climáticas y conflictos olvidados, comenzó a hablar con claridad. Denunció las injusticias sin miedo, tendió puentes entre culturas distintas y mostró que el liderazgo podía ser compasivo sin ser débil. Su pueblo, acostumbrado a sobrevivir entre huracanes y promesas rotas, la siguió con el corazón en la mano. Ella no usó ejércitos, sino ideas.


En los bosques húmedos de un continente desgastado por siglos de extracción, las comunidades originarias empezaron a reunirse. Sin micrófonos ni banderas, volvieron a levantar sus propias estructuras de gobierno, respetuosas con la tierra y con la historia que los tiranos habían intentado borrar. No necesitaban permiso para existir: su sola persistencia era un acto de resistencia.

Incluso en las grandes ciudades del Norte, donde el control mediático era casi absoluto, algo cambió. Antiguos aliados del poder comenzaron a hablar. Periodistas, científicos, jóvenes programadores, hasta algunas figuras públicas que antes habían callado por comodidad, decidieron que ya era suficiente. Publicaron filtraciones, formaron redes solidarias, protegieron a quienes eran perseguidos.

Y en las tierras congeladas de la Taiga, donde la vigilancia era omnipresente, una generación que ya no tenía miedo comenzó a moverse. Hackers desbarataban sistemas de propaganda. Estudiantes organizaban protestas digitales que burlaban la censura. Artistas dibujaban en las paredes el rostro de quienes ya no estaban, para que no fueran olvidados. Y madres —madres que lo habían perdido todo— se paraban en plazas silenciosas con fotografías colgadas del cuello, desafiando al régimen con una sola mirada.

Los tiranos respondieron como siempre: con violencia, con más mentiras, con más miedo. Pero ya no era suficiente. Algo se había encendido, y aunque intentaban apagarlo con todo su poder, la chispa ya estaba en el aire.

Otros líderes del planeta comenzaron a despertar también. Algunos por convicción, otros por presión popular. Se unieron para formar una alianza nueva, no perfecta, pero distinta. Una alianza que no giraba alrededor del comercio o el poder militar, sino de la defensa de los derechos, la reconstrucción de la verdad y la protección de los más vulnerables. Sus decisiones eran lentas, a veces contradictorias, pero algo esencial las guiaba: la conciencia de que el planeta ya no podía soportar más tiranos disfrazados de salvadores.

Los pueblos también entendieron algo: que la democracia no era un sistema que se hereda, sino un ejercicio que se cultiva. Que la libertad no llega sola, y que la paz no es la ausencia de conflicto, sino la presencia activa de justicia.

Nadie sabe con certeza cuándo caerán el Rey del Norte o el Zar de la Helada Taiga. Pero ahora, ya no están solos en su poder. Miles, millones, los observan. Los enfrentan. Los desenmascaran.

Y aunque aún falta, el viento ha cambiado de dirección.






jueves, abril 17, 2025

LA TIERRA EL PLANETA QUE NECESITABA RESPIRAR 1ª PARTE

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 LA TIERRA EL PLANETA QUE NECESITABA RESPIRAR

En un rincón del universo, existe un planeta llamado Tierra que, aunque hermoso por fuera, está lleno de heridas internas. Este mundo se encuentra fraccionado en países, estados y comunidades, cada uno con sus propias reglas, lenguas y luchas. A lo largo de los siglos, sus habitantes más o menos aprendieron a convivir —no siempre en paz, pero al menos con cierta cordura— hasta que llegaron dos figuras que alteraron el equilibrio de todo.

El primero es conocido como Trump, un hombre enloquecido y despiadado al que llamaremos el Rey del Norte, un líder cuya obsesión por su propio ego y la grandeza de su país, terminó por deshacer lo que muchos presidentes anteriores habían construido con gran esfuerzo. Bajo su mando, los muros no solo se alzaron en las fronteras, sino también en los corazones. Expulsó a quienes buscaban refugio, tratándolos como si fueran enemigos por haber nacido lejos. Subió los aranceles, estrangulando a pequeños productores en tierras lejanas, y desmanteló las protecciones que sus propios ciudadanos necesitaban para vivir dignamente. Educación, salud, derechos básicos: todo fue reducido, recortado, vendido al mejor postor o simplemente olvidado.

Pero lo más inquietante no fue lo que destruyó, sino cómo convenció a muchos de que lo hacía por su bien. Bajo su mandato, la verdad fue moldeada, distorsionada, hasta que solo quedaban ecos de lo que alguna vez fue una nación que aspiraba a la justicia.

Lejos, en las vastas extensiones heladas del continente oriental, gobernaba el cruel e impertérrito Putin al que daremos el nombre del Zar de la Helada Taiga. Su rostro apenas cambiaba, pues desde hacía décadas se mantenía en el poder como si el tiempo se hubiera detenido para él. Las elecciones eran solo una danza vacía, coreografiada para aparentar que el pueblo decidía algo, cuando en realidad nadie podía alzar la voz sin pagar un precio alto. Sus opositores desaparecían, eran encarcelados o silenciados y sus nombres se borraban como si nunca hubieran existido.

El Zar de la Helada Taiga, no solo sometía a su gente, también extendía su mano hacia otras tierras, invadiendo territorios con excusas huecas, arrasando pueblos y dejando a miles de personas sin hogar. No le bastaba con dominar su tierra y a sus sumisos compatriotas: también planea hacer sabotajes en Europa con atentados encubiertos, destrozar infraestructuras de cables submarinos, interferir en gobiernos ajenos, también sembraba confusión a través de pantallas y lanzar mentiras disfrazadas de noticias.

Pero un día, aquello que creíamos impensable ocurrió: el Rey del Norte y el Zar de la Helada Taiga, enemigos naturales por historia y discurso, encontraron en su desprecio "por el bien común una alianza tácita". Cada uno desde su trinchera, erosionaba las estructuras de cooperación mundial, atacaban la verdad, y alimentaban el miedo para mantenerse en el poder.





sábado, abril 12, 2025

RATA DE DOS PATAS (PAQUITA LA DEL BARRIO)

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RATA DE DOS PATAS (PAQUITA LA DEL BARRIO)

LETRA

Rata inmunda
Animal rastrero
Escoria de la vida
Adefesio mal hecho
Infrahumano
Espectro del infierno
Maldita sabandija
Cuánto daño me has hecho
Alimaña
Culebra ponzoñosa
Deshecho de la vida
Te odio y te desprecio
Rata de dos patas
Te estoy hablando a ti
Porque un bicho rastrero
Aún siendo el más maldito
Comparado contigo
Se queda muy chiquito
Maldita sanguijuela
Maldita cucaracha
Que infectas donde picas
Que hieres y que matas
Alimaña
Culebra ponzoñosa
Deshecho de la vida
Te odio y te desprecio
Rata de dos patas
Te estoy hablando a ti
Porque un bicho rastrero
Aún siendo el más maldito
Comparado contigo
Se queda muy chiquito
Me estás oyendo inútil
Hiena del infierno
Cuánto te odio y te desprecio
Maldita sanguijuela
Maldita cucaracha
Que infectas donde picas
Que hieres y que matas
Alimaña
Culebra ponzoñosa
Deshecho de la vida
Te odio y te desprecio
Rata de dos patas
Te estoy hablando a ti
Porque un bicho rastrero
Aún siendo el más maldito
Comparado contigo
Se queda muy chiquito

Paquita la del Barrio enfrentó a Trump y defendió a los migrantes

En abril de 2017, durante el primer mandato de Trump, la intérprete de temas como Rata de dos patas estaba a pocos días de presentarse en el Microsoft Theater, en Los Ángeles, California. Con motivo de su show, dialogó con la agencia  EFE, a quien le concedió una entrevista vía telefónica.


 

ALEGORÍA AL EGÓLATRA DONALD TRUMP Y FAMILIA

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ALEGORÍA AL EGÓLATRA  DONALD TRUMP Y FAMILIA

Alegoría de un ególatra monstruoso llamado Donald Trump y su familia. 

En un vasto reino, lleno de torres de cristal y muros de oro, existía un hombre llamado Donald, cuyo ego era tan grande que lo hacía caminar erguido como si desafiara las estrellas mismas. Este hombre, Donald Trump, vivía en un palacio rodeado de espejos, donde su rostro era el único que nunca dejaba de observar. Los espejos no reflejaban la realidad, sino la imagen que él deseaba ver, una figura omnipotente, invencible, cuya palabra era ley. Los que lo seguían, ciegos ante su aura de poder, aplaudían cada uno de sus gestos, aunque no entendieran realmente su significado. 

Donald no conocía la humildad ni la compasión. Su vida era una serie de victorias vacías y promesas rotas. Se encontraba rodeado de riquezas, pero su corazón estaba incrustado en un iceberg de hielo, incapaz de ver más allá de su propio reflejo. Cada vez que alguien osaba desafiarlo o cuestionar su grandeza, se levantaba con furia, como un volcán que escupe lava, sin importarle a quién destruyera en el camino. Los que le desafiaban eran llamados “enemigos”, y los que no se arrodillaban ante su figura eran llamados “traidores”. 
 
Su rencor no conocía límites. Cada derrota, por más pequeña que fuera, se guardaba en su memoria como un veneno que nunca dejaba de consumirlo. El rey de este reino, ya envejecido, temía que el reino se desmoronara bajo la tiranía de un hombre que pensaba que la tierra giraba solo a su alrededor.

Un día, Donald, en su eterna búsqueda de poder, subió a la cima de la Torre de Cristal para proclamarse como el líder indiscutido. Pero en su camino, vio reflejada una imagen de sí mismo, una versión más vacía, menos imponente. En ese instante, algo en su interior se resquebró, pero como siempre, eligió ignorarlo. Sus seguidores seguían aplaudiendo, cegados por el brillo de su oro, incapaces de ver la oscuridad que habitaba en su alma.

Donald, entonces, lanzó una palabra al viento. No era una palabra de paz ni una de reconciliación, sino una palabra que hería, que separaba, que construía muros entre los hombres. Los ecos de su voz resonaron en todos los rincones del reino, alimentando más y más su propia imagen. Cuanto más hería a otros, más se alimentaba su ego, pero a medida que lo hacía, la tierra temblaba bajo sus pies. Nadie en el reino se atrevió a cuestionar su reinado, pero la falta de amor y de unión comenzaba a consumirlo todo, desde la justicia hasta la esperanza.

Pero lo más trágico de su historia no fue solo su caída, sino cómo su familia, aquellos que debían ser sus guías, se convirtieron en cómplices de su ceguera y destrucción. En lugar de ser un faro de luz que le guiara fuera de la oscuridad de su ego, su familia se alineó tras él como una corte de sombras, refrendando cada palabra, aplaudiendo cada uno de sus gestos, aunque sabían que la marea de destrucción que dejaba a su paso ya había alcanzado las orillas del reino. 

Sus hijas, eran como princesas atrapadas en un castillo de oro, lo observaban desde lejos, pero en vez de cuestionar las grietas que comenzaban a formarse en la figura de su padre, preferían vivir en la ilusión de que todo marchaba bien, que él era infalible. Se apresuraban a reforzar sus discursos, a darle la razón en todo, como si hacerle ver sus errores fuera una traición a la sangre que los unía. Sin darse cuenta, contribuían a tejer la telaraña de su desesperación, permitiéndole creer que sus actos, por egoístas y destructivos que fueran, eran justificados.

Sus hijos, por otro lado, se mantenían en silencio, observando, pero sin atreverse a hablar. La figura de Donald imponía respeto y temor, y aunque los jóvenes veían las sombras del daño que se extendían por todo el reino, temían que cualquier palabra en contra de el podría hacerles perder su lugar al lado de su padre y, la seguridad que su apellido les brindaba. Así, callaban, como los demás, y le aplaudían, aunque no podían ignorar el profundo vacío que se extendía entre ellos, más grande cada día. 

La esposa de Donald, que alguna vez lo había amado con la esperanza de que su grandeza se transformara en algo más profundo y noble, ahora vivía en su propio laberinto de conformismo. En lugar de hablarle con la verdad, de enfrentarlo con amor y esperanza de redención, prefería vivir en la burbuja de su riqueza y su estatus, olvidando que el alma de su esposo se estaba consumiendo, que su corazón se secaba por la falta de compasión. Su apoyo no era un acto de amor, sino una aceptación pasiva de una existencia vacía, como si la vida real no tuviera cabida en el castillo de cristal. 
 
Y así, la familia de Donald, lejos de señalarle el daño que causaba a su entorno y a sí mismo, se mantenía en un círculo vicioso de aprobación ciega, viviendo en una comodidad ilusoria. Ellos también se habían convertido en prisioneros de la torre, incapaces de ver que el verdadero amor, el único que podría salvarlos, era aquel que les hubiera impulsado a desafiarse mutuamente, a abrir los ojos ante la destrucción que se gestaba. Pero, por miedo o por conveniencia, preferían ignorarlo, permitiendo que el ególatra siguiera arrastrándolos más y más hacia el abismo. 
 
El reino de Donald Trump, aunque resplandecía por fuera, se pudría por dentro. Nadie podía negar su dominio sobre la superficie, pero su alma, llena de rencor, egoísmo y furia, lo aislaba cada vez más de la verdad y la realidad que lo rodeaba. Nadie podría salvarlo, pues su propio ególatra rencor lo mantenía prisionero en su propia torre de cristal.

El tiempo, al final, esparciría las cenizas de su reino, recordando a todos que el poder sin amor, sin reflexión, no es más que una sombra que se desvanece con el viento.

Esta alegoría combina la figura monstruosa de Donald Trump con la inacción y complicidad de su familia, creando una imagen de aislamiento y autodestrucción que resulta de la falta de confrontación amorosa y de las consecuencias de un ego desmesurado. 

La Real Academia Española (RAE) define alegoría como la representación de ideas o hechos a través de personajes u objetos. Se trata de una figura retórica que utiliza metáforas sucesivas para expresar un sentido figurado.