viernes, abril 25, 2025

LA ESPERANZA TRANQUILA DEL CAMINO DEL MEDIO

COSAS DE GELY

La esperanza tranquila: hallando equilibrio en tiempos difíciles

En ciertos momentos de la vida, todo parece desdibujarse. Los días pesan, las respuestas no llegan, y una se pregunta si vale la pena seguir buscando un sentido. La desesperanza, esa sombra silenciosa, puede envolvernos con facilidad, sobre todo cuando las fuerzas ya no son las de antes y la vida ha ido dejando marcas en el cuerpo y en el alma.

Sin embargo, también hay un camino intermedio. Un espacio donde no se niega el dolor, pero tampoco se le entrega el timón de nuestra existencia. El budismo, con su profunda sabiduría, habla de este "camino del medio". No es una promesa de felicidad eterna, sino una invitación a vivir con atención, a dejar de pelear con lo que no podemos cambiar, y a descubrir que incluso en medio de la tristeza, puede brotar una semilla de paz.

No se trata de negar lo que sentimos. Al contrario. Se trata de mirar con ternura ese cansancio, esa tristeza, y aprender a estar con ella sin perdernos en el abismo. Como se dice en la práctica de la meditación: "Esto también pasará".

La impermanencia, tan temida y a la vez tan liberadora, nos recuerda que nada dura para siempre: ni la alegría ni el sufrimiento. Cada emoción, cada pensamiento, es como una nube en el cielo. Podemos observarla, dejarla pasar… y seguir caminando.

También hay una gran verdad en la interdependencia: no estamos solos, aunque a veces lo sintamos así. El simple hecho de compartir nuestras vivencias, como intento hacerlo con estas palabras, ya es una forma de tender puentes. Tal vez alguien, al leer esto, se sienta un poco menos solo en su dolor. Y eso ya es un pequeño acto de compasión.

Por eso escribo. Aunque a veces me cueste. Porque sigo creyendo que, en medio de todo, hay luz. Una luz serena, que no deslumbra, pero que guía. Como una vela encendida en una noche oscura.



 



martes, abril 22, 2025

LA TIERRA EL PLANETA QUE NECESITABA RESPIRAR 2ª PARTE (Voces bajo el viento)

COSAS DE GELY


LA TIERRA EL PLANETA QUE NECESITABA RESPIRAR 2

Segunda parte, Voces bajo el viento

Aunque los dos tiranos seguían sembrando miedo, había algo que no lograban controlar del todo: la voluntad de quienes no se rendían.

En aldeas olvidadas, en las ciudades sofocadas por propaganda, incluso dentro de los propios países gobernados por el Rey del Norte y el Zar de la Helada Taiga, comenzaron a aparecer señales. Eran pequeñas al principio: una canción prohibida cantada en una plaza, una pancarta escrita con manos temblorosas, una conexión clandestina a redes de comunicación libres. Grietas, apenas perceptibles, pero constantes.

La resistencia no era un ejército. Era un murmullo. Y luego fue un eco. Y luego un rugido.

En un archipiélago del sur, una presidenta joven y valiente, criada en medio de tempestades climáticas y conflictos olvidados, comenzó a hablar con claridad. Denunció las injusticias sin miedo, tendió puentes entre culturas distintas y mostró que el liderazgo podía ser compasivo sin ser débil. Su pueblo, acostumbrado a sobrevivir entre huracanes y promesas rotas, la siguió con el corazón en la mano. Ella no usó ejércitos, sino ideas.


En los bosques húmedos de un continente desgastado por siglos de extracción, las comunidades originarias empezaron a reunirse. Sin micrófonos ni banderas, volvieron a levantar sus propias estructuras de gobierno, respetuosas con la tierra y con la historia que los tiranos habían intentado borrar. No necesitaban permiso para existir: su sola persistencia era un acto de resistencia.

Incluso en las grandes ciudades del Norte, donde el control mediático era casi absoluto, algo cambió. Antiguos aliados del poder comenzaron a hablar. Periodistas, científicos, jóvenes programadores, hasta algunas figuras públicas que antes habían callado por comodidad, decidieron que ya era suficiente. Publicaron filtraciones, formaron redes solidarias, protegieron a quienes eran perseguidos.

Y en las tierras congeladas de la Taiga, donde la vigilancia era omnipresente, una generación que ya no tenía miedo comenzó a moverse. Hackers desbarataban sistemas de propaganda. Estudiantes organizaban protestas digitales que burlaban la censura. Artistas dibujaban en las paredes el rostro de quienes ya no estaban, para que no fueran olvidados. Y madres —madres que lo habían perdido todo— se paraban en plazas silenciosas con fotografías colgadas del cuello, desafiando al régimen con una sola mirada.

Los tiranos respondieron como siempre: con violencia, con más mentiras, con más miedo. Pero ya no era suficiente. Algo se había encendido, y aunque intentaban apagarlo con todo su poder, la chispa ya estaba en el aire.

Otros líderes del planeta comenzaron a despertar también. Algunos por convicción, otros por presión popular. Se unieron para formar una alianza nueva, no perfecta, pero distinta. Una alianza que no giraba alrededor del comercio o el poder militar, sino de la defensa de los derechos, la reconstrucción de la verdad y la protección de los más vulnerables. Sus decisiones eran lentas, a veces contradictorias, pero algo esencial las guiaba: la conciencia de que el planeta ya no podía soportar más tiranos disfrazados de salvadores.

Los pueblos también entendieron algo: que la democracia no era un sistema que se hereda, sino un ejercicio que se cultiva. Que la libertad no llega sola, y que la paz no es la ausencia de conflicto, sino la presencia activa de justicia.

Nadie sabe con certeza cuándo caerán el Rey del Norte o el Zar de la Helada Taiga. Pero ahora, ya no están solos en su poder. Miles, millones, los observan. Los enfrentan. Los desenmascaran.

Y aunque aún falta, el viento ha cambiado de dirección.






jueves, abril 17, 2025

LA TIERRA EL PLANETA QUE NECESITABA RESPIRAR 1ª PARTE

COSAS DE GELY 

 LA TIERRA EL PLANETA QUE NECESITABA RESPIRAR

En un rincón del universo, existe un planeta llamado Tierra que, aunque hermoso por fuera, está lleno de heridas internas. Este mundo se encuentra fraccionado en países, estados y comunidades, cada uno con sus propias reglas, lenguas y luchas. A lo largo de los siglos, sus habitantes más o menos aprendieron a convivir —no siempre en paz, pero al menos con cierta cordura— hasta que llegaron dos figuras que alteraron el equilibrio de todo.

El primero es conocido como Trump, un hombre enloquecido y despiadado al que llamaremos el Rey del Norte, un líder cuya obsesión por su propio ego y la grandeza de su país, terminó por deshacer lo que muchos presidentes anteriores habían construido con gran esfuerzo. Bajo su mando, los muros no solo se alzaron en las fronteras, sino también en los corazones. Expulsó a quienes buscaban refugio, tratándolos como si fueran enemigos por haber nacido lejos. Subió los aranceles, estrangulando a pequeños productores en tierras lejanas, y desmanteló las protecciones que sus propios ciudadanos necesitaban para vivir dignamente. Educación, salud, derechos básicos: todo fue reducido, recortado, vendido al mejor postor o simplemente olvidado.

Pero lo más inquietante no fue lo que destruyó, sino cómo convenció a muchos de que lo hacía por su bien. Bajo su mandato, la verdad fue moldeada, distorsionada, hasta que solo quedaban ecos de lo que alguna vez fue una nación que aspiraba a la justicia.

Lejos, en las vastas extensiones heladas del continente oriental, gobernaba el cruel e impertérrito Putin al que daremos el nombre del Zar de la Helada Taiga. Su rostro apenas cambiaba, pues desde hacía décadas se mantenía en el poder como si el tiempo se hubiera detenido para él. Las elecciones eran solo una danza vacía, coreografiada para aparentar que el pueblo decidía algo, cuando en realidad nadie podía alzar la voz sin pagar un precio alto. Sus opositores desaparecían, eran encarcelados o silenciados y sus nombres se borraban como si nunca hubieran existido.

El Zar de la Helada Taiga, no solo sometía a su gente, también extendía su mano hacia otras tierras, invadiendo territorios con excusas huecas, arrasando pueblos y dejando a miles de personas sin hogar. No le bastaba con dominar su tierra y a sus sumisos compatriotas: también planea hacer sabotajes en Europa con atentados encubiertos, destrozar infraestructuras de cables submarinos, interferir en gobiernos ajenos, también sembraba confusión a través de pantallas y lanzar mentiras disfrazadas de noticias.

Pero un día, aquello que creíamos impensable ocurrió: el Rey del Norte y el Zar de la Helada Taiga, enemigos naturales por historia y discurso, encontraron en su desprecio "por el bien común una alianza tácita". Cada uno desde su trinchera, erosionaba las estructuras de cooperación mundial, atacaban la verdad, y alimentaban el miedo para mantenerse en el poder.





sábado, abril 12, 2025

RATA DE DOS PATAS (PAQUITA LA DEL BARRIO)

COSAS DE GELY

RATA DE DOS PATAS (PAQUITA LA DEL BARRIO)

LETRA

Rata inmunda
Animal rastrero
Escoria de la vida
Adefesio mal hecho
Infrahumano
Espectro del infierno
Maldita sabandija
Cuánto daño me has hecho
Alimaña
Culebra ponzoñosa
Deshecho de la vida
Te odio y te desprecio
Rata de dos patas
Te estoy hablando a ti
Porque un bicho rastrero
Aún siendo el más maldito
Comparado contigo
Se queda muy chiquito
Maldita sanguijuela
Maldita cucaracha
Que infectas donde picas
Que hieres y que matas
Alimaña
Culebra ponzoñosa
Deshecho de la vida
Te odio y te desprecio
Rata de dos patas
Te estoy hablando a ti
Porque un bicho rastrero
Aún siendo el más maldito
Comparado contigo
Se queda muy chiquito
Me estás oyendo inútil
Hiena del infierno
Cuánto te odio y te desprecio
Maldita sanguijuela
Maldita cucaracha
Que infectas donde picas
Que hieres y que matas
Alimaña
Culebra ponzoñosa
Deshecho de la vida
Te odio y te desprecio
Rata de dos patas
Te estoy hablando a ti
Porque un bicho rastrero
Aún siendo el más maldito
Comparado contigo
Se queda muy chiquito

Paquita la del Barrio enfrentó a Trump y defendió a los migrantes

En abril de 2017, durante el primer mandato de Trump, la intérprete de temas como Rata de dos patas estaba a pocos días de presentarse en el Microsoft Theater, en Los Ángeles, California. Con motivo de su show, dialogó con la agencia  EFE, a quien le concedió una entrevista vía telefónica.


 

ALEGORÍA AL EGÓLATRA DONALD TRUMP Y FAMILIA

COSAS DE GELY
 

ALEGORÍA AL EGÓLATRA  DONALD TRUMP Y FAMILIA

Alegoría de un ególatra monstruoso llamado Donald Trump y su familia. 

En un vasto reino, lleno de torres de cristal y muros de oro, existía un hombre llamado Donald, cuyo ego era tan grande que lo hacía caminar erguido como si desafiara las estrellas mismas. Este hombre, Donald Trump, vivía en un palacio rodeado de espejos, donde su rostro era el único que nunca dejaba de observar. Los espejos no reflejaban la realidad, sino la imagen que él deseaba ver, una figura omnipotente, invencible, cuya palabra era ley. Los que lo seguían, ciegos ante su aura de poder, aplaudían cada uno de sus gestos, aunque no entendieran realmente su significado. 

Donald no conocía la humildad ni la compasión. Su vida era una serie de victorias vacías y promesas rotas. Se encontraba rodeado de riquezas, pero su corazón estaba incrustado en un iceberg de hielo, incapaz de ver más allá de su propio reflejo. Cada vez que alguien osaba desafiarlo o cuestionar su grandeza, se levantaba con furia, como un volcán que escupe lava, sin importarle a quién destruyera en el camino. Los que le desafiaban eran llamados “enemigos”, y los que no se arrodillaban ante su figura eran llamados “traidores”. 
 
Su rencor no conocía límites. Cada derrota, por más pequeña que fuera, se guardaba en su memoria como un veneno que nunca dejaba de consumirlo. El rey de este reino, ya envejecido, temía que el reino se desmoronara bajo la tiranía de un hombre que pensaba que la tierra giraba solo a su alrededor.

Un día, Donald, en su eterna búsqueda de poder, subió a la cima de la Torre de Cristal para proclamarse como el líder indiscutido. Pero en su camino, vio reflejada una imagen de sí mismo, una versión más vacía, menos imponente. En ese instante, algo en su interior se resquebró, pero como siempre, eligió ignorarlo. Sus seguidores seguían aplaudiendo, cegados por el brillo de su oro, incapaces de ver la oscuridad que habitaba en su alma.

Donald, entonces, lanzó una palabra al viento. No era una palabra de paz ni una de reconciliación, sino una palabra que hería, que separaba, que construía muros entre los hombres. Los ecos de su voz resonaron en todos los rincones del reino, alimentando más y más su propia imagen. Cuanto más hería a otros, más se alimentaba su ego, pero a medida que lo hacía, la tierra temblaba bajo sus pies. Nadie en el reino se atrevió a cuestionar su reinado, pero la falta de amor y de unión comenzaba a consumirlo todo, desde la justicia hasta la esperanza.

Pero lo más trágico de su historia no fue solo su caída, sino cómo su familia, aquellos que debían ser sus guías, se convirtieron en cómplices de su ceguera y destrucción. En lugar de ser un faro de luz que le guiara fuera de la oscuridad de su ego, su familia se alineó tras él como una corte de sombras, refrendando cada palabra, aplaudiendo cada uno de sus gestos, aunque sabían que la marea de destrucción que dejaba a su paso ya había alcanzado las orillas del reino. 

Sus hijas, eran como princesas atrapadas en un castillo de oro, lo observaban desde lejos, pero en vez de cuestionar las grietas que comenzaban a formarse en la figura de su padre, preferían vivir en la ilusión de que todo marchaba bien, que él era infalible. Se apresuraban a reforzar sus discursos, a darle la razón en todo, como si hacerle ver sus errores fuera una traición a la sangre que los unía. Sin darse cuenta, contribuían a tejer la telaraña de su desesperación, permitiéndole creer que sus actos, por egoístas y destructivos que fueran, eran justificados.

Sus hijos, por otro lado, se mantenían en silencio, observando, pero sin atreverse a hablar. La figura de Donald imponía respeto y temor, y aunque los jóvenes veían las sombras del daño que se extendían por todo el reino, temían que cualquier palabra en contra de el podría hacerles perder su lugar al lado de su padre y, la seguridad que su apellido les brindaba. Así, callaban, como los demás, y le aplaudían, aunque no podían ignorar el profundo vacío que se extendía entre ellos, más grande cada día. 

La esposa de Donald, que alguna vez lo había amado con la esperanza de que su grandeza se transformara en algo más profundo y noble, ahora vivía en su propio laberinto de conformismo. En lugar de hablarle con la verdad, de enfrentarlo con amor y esperanza de redención, prefería vivir en la burbuja de su riqueza y su estatus, olvidando que el alma de su esposo se estaba consumiendo, que su corazón se secaba por la falta de compasión. Su apoyo no era un acto de amor, sino una aceptación pasiva de una existencia vacía, como si la vida real no tuviera cabida en el castillo de cristal. 
 
Y así, la familia de Donald, lejos de señalarle el daño que causaba a su entorno y a sí mismo, se mantenía en un círculo vicioso de aprobación ciega, viviendo en una comodidad ilusoria. Ellos también se habían convertido en prisioneros de la torre, incapaces de ver que el verdadero amor, el único que podría salvarlos, era aquel que les hubiera impulsado a desafiarse mutuamente, a abrir los ojos ante la destrucción que se gestaba. Pero, por miedo o por conveniencia, preferían ignorarlo, permitiendo que el ególatra siguiera arrastrándolos más y más hacia el abismo. 
 
El reino de Donald Trump, aunque resplandecía por fuera, se pudría por dentro. Nadie podía negar su dominio sobre la superficie, pero su alma, llena de rencor, egoísmo y furia, lo aislaba cada vez más de la verdad y la realidad que lo rodeaba. Nadie podría salvarlo, pues su propio ególatra rencor lo mantenía prisionero en su propia torre de cristal.

El tiempo, al final, esparciría las cenizas de su reino, recordando a todos que el poder sin amor, sin reflexión, no es más que una sombra que se desvanece con el viento.

Esta alegoría combina la figura monstruosa de Donald Trump con la inacción y complicidad de su familia, creando una imagen de aislamiento y autodestrucción que resulta de la falta de confrontación amorosa y de las consecuencias de un ego desmesurado. 

La Real Academia Española (RAE) define alegoría como la representación de ideas o hechos a través de personajes u objetos. Se trata de una figura retórica que utiliza metáforas sucesivas para expresar un sentido figurado.
 
 

martes, abril 08, 2025

EL ABUSO DE LA PUBLCIDAD EN NUESTRA VIDA DIARIA

COSAS DE GELY

EL ABUSO DE LA PUBLCIDAD EN NUESTRA VIDA DIARIA

El Abuso de la Publicidad: El Bombardeo que Nos Rodea y sus Efectos en Nuestra Vida Diaria

En el mundo actual, estamos constantemente rodeados por publicidad. No importa dónde miremos, ya sea en la calle, en nuestras pantallas, en la radio, la televisión, o incluso en nuestros teléfonos móviles; la publicidad está en todas partes. Cada día somos víctimas de un bombardeo publicitario implacable, un océano de mensajes que intentan vendernos productos, servicios y promesas que, en muchos casos, no son lo que parecen.

Es indiscutible que la publicidad es un motor económico para muchos sectores. Los medios de comunicación, tanto tradicionales como digitales, dependen en gran medida de los ingresos generados por los anuncios para seguir funcionando. Sin ella, muchas de nuestras fuentes de información y entretenimiento simplemente no existirían. Sin embargo, esto no debe ser una excusa para la manipulación y el abuso. Y lo cierto es que, en muchas ocasiones, los anuncios no solo exageran la realidad, sino que venden ilusiones y promesas vacías que perjudican a la sociedad.

La Publicidad y sus Efectos Negativos

Vivimos en una era en la que la publicidad ha traspasado los límites de lo tolerable. Las marcas y los anunciantes han perfeccionado su habilidad para infiltrarse en cada rincón de nuestra vida, desde los espacios más públicos hasta los más privados. En este mar de anuncios, los consumidores, sobre todo los más vulnerables, se ven atrapados por promesas que no siempre se cumplen.

Uno de los sectores más problemáticos es el de los productos de salud y belleza. Nos bombardean con anuncios de cremas antiarrugas que prometen la eterna juventud, de productos milagrosos que “derriten la grasa” o suplementos alimenticios que supuestamente mejoran nuestra salud en cuestión de días. ¿Cuántas veces hemos visto testimonios de personas que dicen haber obtenido resultados sorprendentes después de usar ciertos productos? Sin embargo, muchos de estos productos carecen de una base científica sólida, y su efectividad es más bien una ilusión creada por estrategias publicitarias que manipulan nuestras emociones y deseos.

Los Tratamientos Milagrosos: Realidad o Ficción

Lo que realmente genera preocupación es cómo estos productos están diseñados para tocar fibras emocionales. Las publicidades se enfocan en nuestra inseguridad, nuestra ansiedad por mejorar nuestra apariencia o salud. Pero la realidad es que muchos de estos tratamientos no ofrecen los resultados prometidos, e incluso pueden resultar dañinos a largo plazo. Sin mencionar que los efectos secundarios de algunos de estos productos nunca son revelados con la misma claridad con la que se presentan sus beneficios.

La industria de la salud y belleza está saturada de estos productos “milagrosos”, pero la verdad es que, a menudo, no hacen más que vaciar nuestros bolsillos sin ofrecer una verdadera solución a los problemas que prometen resolver.

Publicidad Engañosa en los Medios

No solo los productos de belleza y salud se benefician de este tipo de tácticas. La publicidad también se infiltra en los medios de comunicación a través de los anuncios políticos, las promociones de bebidas azucaradas, los anuncios de tabaco (en algunos países aún existe) y productos ultraprocesados que contribuyen a la creciente crisis de salud pública que enfrentamos. Es alarmante cómo algunas marcas eluden regulaciones, o emplean técnicas de publicidad encubierta, como los llamados “influencers” que promueven productos sin dejar claro que están siendo compensados por ello.

El abuso de la publicidad también se refleja en la cantidad de mensajes a los que estamos expuestos. En las plataformas de streaming, las redes sociales, la radio, la televisión y las páginas web, somos interrumpidos continuamente con anuncios. Cada vez es más difícil acceder a contenido de calidad sin que nos bombardeen con promociones de productos que no necesitamos. Es una invasión en nuestra vida cotidiana que afecta nuestra paz mental y nuestra capacidad de tomar decisiones informadas.

La Responsabilidad de los Anunciantes

Por supuesto, no toda la publicidad es negativa, y hay muchas marcas que operan de manera ética, ofreciendo productos y servicios que realmente pueden mejorar la vida de las personas. No obstante, la responsabilidad de los anunciantes es inmensa. En lugar de recurrir a estrategias manipuladoras o exageradas, deberían enfocarse en ser transparentes y honestos. La publicidad puede ser una herramienta poderosa para educar a los consumidores, pero también puede ser una espada de doble filo si se utiliza de manera irresponsable.


Es fundamental que los consumidores desarrollen una conciencia crítica y que los medios de comunicación se responsabilicen de ofrecer contenido que no dependa exclusivamente de los ingresos publicitarios. Los anunciantes deben poner el bienestar de los individuos por encima de sus intereses comerciales y evitar crear falsas expectativas.

El Futuro de la Publicidad: ¿Un Cambio Necesario?

La tendencia actual muestra que la publicidad no solo ha invadido todos los aspectos de nuestras vidas, sino que también se ha vuelto más sofisticada, personalizada y hasta invasiva. Los datos personales son utilizados para segmentar y crear campañas mucho más precisas, lo que hace que nos sintamos cada vez más vulnerables ante las estrategias comerciales. Este tipo de publicidad, que se siente casi como una invasión a nuestra privacidad, debe ser cuestionada y regulada con mayor severidad.

Es hora de que los consumidores se empoderen y exijan más transparencia, calidad y honestidad en los productos que se nos presentan. La publicidad puede ser una herramienta efectiva, pero no debe ser un medio para explotar nuestras emociones, inseguridades y deseos.

El bombardeo constante de publicidad que nos acompaña en todos los momentos de nuestra vida tiene efectos negativos, tanto en nuestra salud mental como en nuestra economía. Los productos milagrosos, los tratamientos que prometen lo imposible, y los anuncios que manipulan nuestras emociones son una constante en nuestro día a día. Si bien la publicidad es un motor económico necesario, debemos abogar por un cambio que impulse la responsabilidad, la ética y el respeto hacia los consumidores. Al final del día, todos merecemos la oportunidad de tomar decisiones informadas y basadas en la realidad, no en promesas vacías.

Este es un llamado a reflexionar sobre la publicidad que consumimos, sobre lo que nos venden y sobre lo que realmente necesitamos. En un mundo saturado de mensajes comerciales, la transparencia y la honestidad deberían ser los valores que prevalezcan. Solo así podremos empezar a liberarnos de este bombardeo constante y recuperar el control sobre nuestras decisiones.

En fin, considero que todo lo que expongo en este post, es un hecho evidente, podemos comprobarlo conectándonos a cualquier medio de comunicación. Considero que alguien debería poner remedio a esta lacra indecente, y al bombardeo constante de publicidad que nos acompaña. Pienso que si no hay nadie dispuesto a remediar este abuso, "falto de ética y moral", los consumidores tenemos a nuestro alcance solo dos soluciones: no mirar ni escuchar ningun medio de  comunicacion que nos machaque  continuamente con anuncios, y la otra, no comprar ningún artículo que se anuncie en esceso y se salga de los límites adecuados.



 

lunes, marzo 31, 2025

LA FILOSOFÍA OCCIDENTAL Y EL BUDISMO

COSAS DE GELY

LA FILOSOFÍA OCCIDENTAL Y EL BUDISMO

Filosofía Occidental y Budismo: Un Encuentro de Sabidurías

El mundo de la filosofía es un vasto terreno donde se exploran las preguntas más profundas sobre la vida, el sufrimiento, la felicidad y el sentido de la existencia. Desde la antigüedad, diferentes tradiciones han intentado desentrañar los misterios de la mente humana y el universo. Entre ellas, el budismo, nacido en las orillas del río Ganges hace más de 2,500 años, ha ofrecido una perspectiva única sobre la naturaleza del sufrimiento y la paz interior. En paralelo, en Occidente, corrientes filosóficas como el existencialismo, el estoicismo y el epicureísmo han buscado respuestas a preguntas similares, pero desde enfoques muy distintos. A pesar de las diferencias culturales y temporales, sorprendentemente, existen puntos de convergencia entre estas tradiciones.

El budismo, fundamentado en las enseñanzas de Buda, sostiene que el sufrimiento (dukkha) es una parte intrínseca de la vida humana, pero que puede superarse mediante el desapego, la meditación y el entendimiento profundo de la impermanencia de todas las cosas. La vida, según el budismo, no está destinada a ser simplemente soportada, sino transformada a través de una profunda sabiduría que nos permita liberarnos de las ataduras del deseo y la ignorancia. Este enfoque nos invita a cultivar la paz interior, la compasión y la equanimidad frente a los altibajos de la vida.

En el existencialismo, corriente filosófica de pensadores como Sartre, Kierkegaard o Camus, encontramos una preocupación similar por el sufrimiento, aunque desde una perspectiva más sombría. Los existencialistas sostienen que la vida, en su esencia, es absurda y carece de un sentido inherente. La existencia precede a la esencia, y corresponde al individuo encontrar su propio camino y significado en un mundo que, aparentemente, no ofrece respuestas. A diferencia del budismo, que busca la trascendencia del sufrimiento, el existencialismo no promete una "solución" final, sino una aceptación del vacío existencial y la responsabilidad de crear significado en nuestras vidas.

Por otro lado, el estoicismo, una escuela de pensamiento que se originó en la antigua Grecia con filósofos como Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, comparte con el budismo la idea de que no podemos controlar los eventos externos, pero sí nuestra reacción ante ellos. Los estoicos enseñaban que la virtud es suficiente para alcanzar la felicidad, y que debemos cultivar una actitud de indiferencia ante lo que no depende de nosotros, aceptando lo que la vida nos ofrece con serenidad. La búsqueda del "ataraxia" (ausencia de perturbación) es un principio común tanto en el budismo como en el estoicismo, aunque, en el primero, esta paz se alcanza a través de la meditación y la práctica del desapego, mientras que en el estoicismo se logra mediante la racionalidad y el autocontrol.

Finalmente, el epicureísmo, una filosofía que surge en la antigua Grecia con Epicuro, también ofrece una visión del bienestar, aunque con un enfoque más centrado en el placer. Epicuro enseñaba que el placer (entendido como la ausencia de dolor y sufrimiento) es el bien supremo, pero no se refiere a una vida de excesos, sino a una vida de moderación, en la que se cultiva la amistad, el conocimiento y la serenidad mental. A diferencia del budismo, que promueve la renuncia a los placeres materiales como un medio para liberarse del sufrimiento, el epicureísmo se enfoca en encontrar la satisfacción y la paz a través de la reflexión y el disfrute simple de los placeres de la vida.

Aunque cada una de estas filosofías presenta su propio camino hacia el entendimiento y la paz, hay algo profundamente similar en todas ellas: la búsqueda de la liberación del sufrimiento y la búsqueda de una vida plena y consciente. El budismo, con su enfoque en la meditación y el desapego, invita a la superación interna. El estoicismo y el existencialismo, cada uno a su manera, nos desafían a aceptar la incertidumbre y la inevitabilidad del sufrimiento, mientras que el epicureísmo nos recuerda la importancia de encontrar placer en las cosas sencillas.

Si bien sus métodos y conclusiones pueden variar, todas estas tradiciones, tanto orientales como occidentales, comparten una búsqueda común: cómo vivir de manera más plena y consciente en un mundo lleno de contradicciones y desafíos.


 



jueves, marzo 27, 2025

BUDISMO MAHAYANA TIBETANO

COSAS DE GELY

 

BUDISMO MAHAYANA TIBETANO

El Budismo Mahayana  Tibetano: Una Guía Completa sobre Creencias, Prácticas, Estilo de Vida, Mahayana significa el gran vínculo

El budismo Mahayana tibetano es una de las tradiciones espirituales más profundas y ricas del mundo, caracterizada por un enfoque altruista hacia la iluminación. Esta forma de budismo no solo busca la liberación personal del sufrimiento, sino que también promueve la ayuda a todos los seres sensibles para alcanzar la paz y la iluminación. A lo largo de los siglos, el budismo tibetano ha fusionado enseñanzas antiguas con prácticas esotéricas, creando una tradición única que sigue guiando a millones de personas hacia el despertar espiritual.

Orígenes y Fundamentos del Budismo Mahayana Tibetano

El budismo Mahayana surgió en la India alrededor del siglo I d.C. como una expansión de las enseñanzas originales del Buda. A diferencia del Theravada, que pone énfasis en la iluminación individual, el Mahayana se centra en la figura del bodhisattva: un ser que busca la iluminación no solo para sí mismo, sino para liberar a todos los seres del sufrimiento. Esta visión altruista de la espiritualidad se convirtió en el corazón del budismo Mahayana, especialmente en su forma tibetana, que más tarde se desarrollaría bajo la influencia de figuras clave como Padmasambhava y Shantarakshita.

El budismo tibetano, o Vajrayana, se distingue por sus prácticas esotéricas y su integración con las creencias autóctonas del Tíbet. Esta tradición incorpora meditaciones profundas, rituales elaborados, y una jerarquía espiritual basada en el lama (maestro), quien guía a los practicantes en su camino hacia la iluminación.

Creencias Fundamentales: Vacuidad, Bodhicitta y el Bodhisattva

Una de las ideas más complejas y bellas en el budismo tibetano es la vacuidad (shunyata), un concepto central que enseña que todos los fenómenos, seres y objetos no tienen una existencia independiente o esencial. En lugar de ser realidades fijas y permanentes, todo lo que existe depende de causas y condiciones. Esto nos lleva a una comprensión liberadora: si las cosas no son fijas, podemos liberarnos del sufrimiento que causan nuestras aferradas percepciones de permanencia.

El bodhisattva es el corazón del camino Mahayana. Mientras que en otras tradiciones budistas el objetivo es alcanzar la nirvana personal, el bodhisattva hace un voto de permanecer en el ciclo del samsara hasta que todos los seres sean liberados. Esta visión se nutre de la bodhicitta, la motivación altruista de alcanzar la iluminación para el beneficio de todos los seres. La bodhicitta se expresa tanto en una forma convencional (el deseo de ayudar a los demás) como en una forma profunda (la comprensión de la vacuidad y la interdependencia de todos los fenómenos).

Prácticas Espirituales: Meditación, Rituales y Tantra

La meditación es el pilar de la práctica budista tibetana. Existen diversos tipos de meditación, cada uno con su propósito y método. La shamatha (meditación de calma mental) busca desarrollar una mente tranquila y enfocada, mientras que la vipassana (meditación analítica) permite explorar la naturaleza de la realidad, cultivando sabiduría al comprender la impermanencia y la vacuidad.

El tantra es una de las características más distintivas del budismo tibetano. Esta práctica avanzada utiliza visualizaciones complejas, mantras (sonidos sagrados), y mudras (gestos) con el objetivo de transformar las experiencias cotidianas en una vía hacia la iluminación. Los rituales tántricos se realizan bajo la supervisión de un lama experimentado, ya que son poderosos y deben ser tratados con el respeto adecuado.

Los mantras, como el famoso "Om Mani Padme Hum", se recitan para calmar la mente, proteger contra el mal karma y cultivar cualidades como la compasión y la sabiduría. La repetición de estos mantras no solo actúa como una forma de meditación, sino también como una manera de conectarse con los seres iluminados y con la energía cósmica del universo.

La Vida Espiritual en el Tíbet: El Rol de los Lamas y la Comunidad

En el budismo tibetano, el lama (maestro espiritual) juega un papel esencial. No solo es el guía que transmite las enseñanzas y supervisa las meditaciones, sino también el faro de la compasión y la sabiduría en la comunidad. Los lamas, a través de su ejemplo, enseñan a los practicantes cómo vivir según los principios de la bodhicitta. Entre los más reconocidos se encuentra el Dalai Lama, considerado una reencarnación del bodhisattva Avalokiteshvara, el protector de la compasión.

Aunque el budismo tibetano tiene una estructura jerárquica, también pone gran énfasis en la práctica comunitaria. Las personas laicas participan activamente en rituales y ceremonias, y el servicio a los demás es visto como una extensión del camino espiritual. Muchas veces, los laicos se dedican a labores de caridad y servicios comunitarios, demostrando cómo la compasión no es solo una práctica interior, sino también una forma de vivir en el mundo.

Escuelas del Budismo Tibetano

Existen varias escuelas dentro del budismo tibetano, cada una con sus particularidades y enfoques únicos. Las más prominentes incluyen:

Nyingma: La escuela más antigua, conocida por su enfoque en las enseñanzas tántricas y el énfasis en las experiencias espirituales directas.

Kagyu: Famosa por su énfasis en la meditación y el linaje de maestros, los Kagyupas valoran el contacto directo con el maestro para recibir instrucciones.

Sakya: Reconocida por su tradición académica, en la que el estudio y la enseñanza de los textos budistas son fundamentales.

Gelug: La escuela más reciente, que pone énfasis en la disciplina intelectual y el estudio profundo de la filosofía budista. El Dalai Lama es uno de sus representantes más conocidos.

Un Camino para Todos los Seres: Vivir el Budismo Tibetano

La belleza del budismo Mahayana tibetano radica en su capacidad de transformar cada aspecto de la vida en una oportunidad para la práctica espiritual. Desde la meditación diaria hasta las interacciones cotidianas con los demás, cada acción se convierte en un medio para cultivar la compasión, la sabiduría y la paz interior. El budismo tibetano no es solo una religión, sino un estilo de vida que invita a cada ser a liberarse del sufrimiento y a ayudar a otros en su camino hacia la iluminación.

El camino del bodhisattva, con su énfasis en el amor altruista y la compasión universal, es el corazón de esta tradición. Ya sea a través de meditaciones profundas, rituales de ofrendas o el simple acto de servir a los demás, el budismo tibetano ofrece una guía para vivir de manera ética, consciente y con un profundodeseo de hacer el bien en el mundo.





lunes, marzo 24, 2025

JJ BENITEZ - ENTREVISTAS

COSAS DE GELY

JJ BENITEZ -  DIOS ES DE DERECHAS Y EL INFIERNO NO EXISTE

El lado oscuro de Dios es todo aquello que provoca sufrimiento o que permite que los niños se mueran de hambre. Si yo acepto que Dios conoce lugares como la Tierra, donde hay dos guerras simultáneas, no comprendo que lo permita. No puedo entender que el buen Dios que se supone que es la máxima bondad, deje que el señor Netanyahu mate a 47.000 personas en Gaza. No lo entiendo. Para mí ese sería uno, y otro, por qué los peces tienen espinas, o se quedó dormido o tenía muy mala leche. Seguramente esas zonas oscuras tienen una explicación, pero en mi ignorancia no logro comprenderlo.

Es fácil convertir en héroe a un miserable. Hay muchos. Cualquiera de los políticos que andan por ahí. Y más concretamente el señor Trump, un tonto peligroso.

  

JJ BENITEZ EN ONDA CERO

Luz de tungsteno fue concebido como un experimento. ¿Cuántos pensamientos (de cierto calado) recibe a diario la mente humana? Juanjo Benítez se propuso averiguarlo. Para ello, escribió 10.101 reflexiones, y lo hizo en 400 días. Según él, a su mente llegaron 25,2 pensamientos por día (de media). Os dejo unas cuantas acontinuación:

La luz de tungsteno (cálida y rojiza) me recuerda cómo     me   alejo de mí mismo.

Me empeño en rodar cuando mi Destino es volar.

Mi mujer dice que escribo demasiado. ¿No será que tengo prisa por morir?

Ven, aunque sea en sueños.

Las gotas de lluvia, en mi ventana, dibujan galaxias.

Déjame regresar a tu corazón.

Crear (te) me permite sobrevivir (te).

Amé tanto que me sequé.

He vuelto a la soledad que me arrebataron.

El tiempo no me asusta; me asusto yo.

Hay un hilo mágico (invisible) entre tú y yo.

Sé que me esperarás en la quinta galaxia.

Estoy tan lejos de todo que no puedo encontrarme.

No importa quién soy, pero sí de dónde vengo y por qué estoy aquí.